Publicado por Versículo:
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Salmos 42:11
Comentario:
Cuando visité la costa oeste, tuve la oportunidad de tomar algunas fotografías en una playa espectacular. Desde casi 23 metros de altura, observé cómo enormes olas se estrellaban contra las rocas, rompiéndose y creando espuma en el aire.
Mientras observaba este magnífico espectáculo, me di cuenta de que nuestras vidas son muy parecidas a esas rocas cuando vivimos en la gracia de Dios. Este mundo puede lanzarnos algunas poderosas y feroces olas, pero ninguna dificultad puede superar la ayuda de Dios para soportarlas. Eso es porque su Espíritu vive en cada creyente.
Dios nos ha concedido todo lo que necesitamos para salir triunfantes, por muy intenso que sea el dolor. Nuestra paz y nuestro gozo no se originan en las circunstancias de la vida, sino en nuestra relación con Cristo. Por eso podemos experimentar satisfacción incluso cuando una marejada nos golpee.
¿Qué situación le está afectando —problemas familiares, de salud o de dinero?
Dios quiere que usted viva en su gracia, que confíe en su poder, y que ponga su esperanza en su amor inagotable (Sal 147.11). Si usted, por su cuenta, fuera capaz de manejar todo lo que se le presentara, ¿cómo podrían los demás darse cuenta de que el poder del Señor es su fortaleza?
Oración:
Señor, en medio de las dificultades y las tormentas de la vida, ayúdame a confiar en tu poder y gracia. Que tu Espíritu me fortalezca y me dé paz, recordándome siempre de tu amor inagotable. Permíteme vivir en tu gracia y poner mi esperanza en ti. En El Nombre de Jesús, Amén.
