Contenido
(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. (Hebreos 12:7-8)
¿Alguna vez ha visto usted a un padre agarrar firmemente a un niño travieso y llevarlo adonde debe estar? A veces, nuestro Padre celestial también debe emplear mano fuerte con nosotros. Aun como creyentes, somos un pueblo rebelde y propenso a descarriarnos. Pero cuando nos alejamos del camino, Dios nos ayuda a volver a la senda de la rectitud.
La mano guiadora del Padre celestial está siempre sobre sus hijos. Pero cuando los creyentes caen en el pecado y la rebelión, su mano nos aprieta. Llamamos “convicción de pecado” a esa presión sobre nuestro corazón y mente. Al inculcar en nosotros que esta acción, actitud o pensamiento no está en consonancia con que lo somos en Cristo, el Espíritu Santo nos concientiza de nuestra falta. La convicción tiene el propósito de mostrar a los creyentes la clase de relación que tienen con Dios. Si usted se ha salido del camino, ¿no quisiera saberlo para poder volver al centro de la voluntad de Dios lo más pronto posible?
La disciplina puede ser dolorosa y tener un alto precio, especialmente cuando hemos opuesto resistencia a la presión de la convicción. No obstante, cualquier padre sabio le dirá que vivir con las consecuencias de una conducta imprudente enseña a los niños valiosas lecciones en cuanto a lo correcto y permisible.
Abandonado a su suerte, el hombre se destruirá a sí mismo yendo tras placeres y deseos egocéntricos. Dios tiene un plan mejor para nosotros: dirigirnos hacia la libertad perfecta en Cristo, guiados por su tierna mano. Cuando nos desviamos, Él aprieta su mano y nos hace volver al buen camino.
Oración:
Señor, guíame con Tu amor firme y llévame de Tu mano si me desvío del camino que quieres que recorra.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Hebreos 1:
El libro de Hebreos está destinado a desafiar, animar y dar fuerza a los creyentes cristianos. Según esta carta, Jesucristo es superior a todos los demás profetas y a todas las demás pretensiones de verdad. Ya que Dios nos ha dado a Cristo, debemos escuchar lo que dice y no retroceder. Las consecuencias de ignorar a Dios son nefastas. Hebreos es importante porque se basa en muchas partes del Antiguo Testamento para argumentar que Cristo es la expresión última y perfecta del plan de Dios para la humanidad. Este libro presenta algunas ideas duras sobre la fe cristiana, un hecho del que el autor toma nota específicamente.
El capítulo 12 de Hebreos se basa en el ejemplo de los héroes de la fe mencionados en el capítulo 11. El punto principal de esta lección es que estas figuras soportaron el sufrimiento y las dificultades, pero se aferraron a su fe en Dios, lo que les permitió alcanzar la victoria. El capítulo 12, en particular, señala que las dificultades terrenales no son un signo de desagrado o abandono de Dios. Más bien, es parte de la vida en un mundo caído y sin Dios. Y, en muchos casos, es una forma de «entrenamiento» que el Señor utiliza para moldearnos y convertirnos en instrumentos más poderosos. Esto, al igual que otros pasajes de Hebreos, nos lleva a otra explicación de por qué debemos tomar estas ideas en serio, y establece algunas lecciones prácticas finales en el capítulo 13.
Referencias cruzadas por término – Hebreos 12:7-8:
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?:
Proverbios 29:15 – La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
Deuteronomio 8:5 – Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
Job 34:31-32 – De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado ya castigo, no ofenderé ya más; Enséñame tú lo que yo no veo; Si hice mal, no lo haré más.
Proverbios 22:15 – La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.
Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos:
Salmos 73:14-15 – Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas. Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.
Salmos 73:1 – Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón.