Palabra:
«Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar. Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, Y si corrieres, no tropezarás» (Proverbios 4:11-12)
Muchos caminos has recorrido en tu vida, seguro unos buenos, otros malos, unos llenos de frustración, pero también aquellos repletos de alegrías y satisfacciones. Sin embargo, estoy seguro que como yo afirmarás que ninguno de ellos te ha traído más dicha que el camino del Señor.
Los caminos de Dios no garantizan ser fáciles, pero si senderos en los que tendremos las fortalezas necesarias que el nos brindará, para afrontarlos y sacar de ellos una lección de fe. En el versículo de hoy, la Palabra pone nombre a esas veredas; son ellas caminos de sabiduría.
Pero como son los caminos de sabiduría, la misma Palabra nos responde: caminos en los que andamos de la mano de Dios, seguros en su presencia, con la confianza de que nuestros pasos «no se estrecharán, ni tropezarán» porque Él nos acompana.
Si hoy transitas caminos que parecen oscuros, recuerda que si tu fe se encuentra en Dios, a pesar de las oscuridad, ese camino es de sabiduría. Avanza con sólida fe, porque recuerda El Señor jamás construirá un puente delante del caminante excepto cuando esos pies estén llenos de fe.
Por último mantente fiel, obedenciendo la sabiduría de las Escrituras y tendrás asegurado el mayor bien de los caminos de Dios: que nuestros pasos sean amplios y que nunca tropezaremos.
Oración:
Señor. Gracias por abrir camino delante de mi en este día. Mis pasos los encomiendo en sus manos. Sé que como buen Padre jamás me abandonarás. Si no hay puentes los construirás, si la puerta está cerrada, la abrirás y si el río se interpone, el se secará, no por mi esfuerzo sino por tu poder y tu mano. Amén.