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Palabra:
Encomienda al Señor tus acciones, y tus pensamientos serán afirmados. (Proverbios 16:3)
Quizás en este momento estés a punto de tomar una decisión muy importante… Un cambio en el trabajo, en la iglesia o en tu vida personal. Sabes que necesitas consejo divino y has estado esperando con ansiedad que Él te diga algo.
Si ésa es tu situación, ¡no pierdas la calma! Para ser guiado por el Señor no es necesario pasar por un proceso largo que sólo “los profesionales” espirituales llegan a dominar.
Yo descubrí eso hace años. Quería vivir de una forma que fuera agradable a Dios, pero no sabía cómo tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con Su voluntad.
Entonces, un día mientras estudiaba la Biblia, descubrí Proverbios 16:3. De inmediato me aferré a este versículo y empecé a aplicarlo a mi vida, y ahora puedo decirte por experiencia propia que ¡funciona!
También funcionará para ti si pones en práctica lo que dice ese versículo. Encomienda sin reservas tus obras y tus caminos al Señor; entrégaselas por completo. Entonces, Él empezará a ajustar tus pensamientos para que sean como los de Él, y en algún momento sabrás lo que debes hacer. Luego, cuanto más encomiendes al Señor tus obras y cuanto más confíes en Él, te será más fácil y tendrás más confianza en tu habilidad de escuchar. Empieza ahora mismo con cualquier problema que te esté agobiando. Ora y ponlo en las manos del Señor. En otras palabras, cuando ores, cree que recibirás. Deja de preocuparte y empieza a creer.
Aprende a vivir de esta manera, y no importa si has sido cristiano por 30 minutos o por 30 años, ¡tus pensamientos serán afirmados y tus obras saldrán bien!
Oración:
Señor, Pongo en tus manos todas mis metas y objetivos. Que mis pensamientos no sean movidos por mi propia prudencia o voluntad, sino por Tus planes que son siempre los más altos. No apartes de mi tu guía Padre. Amén.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Proverbios 16:
Este capítulo de Proverbios continúa registrando las concisas declaraciones de sabiduría de Salomón, las cuales inician en el capítulo 10.
Este segmento comienza con una discusión sobre los planes del hombre. La naturaleza humana puede llevarnos a la arrogancia y la ignorancia. No buscar la voluntad de Dios ni examinar nuestros propios motivos puede llevarnos al desastre. A pesar de lo que una persona pueda decirse a sí misma, el Señor ve el corazón, pesa el espíritu y determina lo que sucederá. El Señor es soberano; tiene un propósito para todo lo que creó. Dios detesta la arrogancia -el orgullo espiritual que hace que una persona rechace a Dios- pero se complace cuando uno se aleja del mal. La sabiduría divina es mejor que cualquier riqueza material (Proverbios 16:1-9).
La sección final de este capítulo contrasta a las personas malas con las justas. Salomón ofrece otras advertencias sobre el autocontrol y la importancia de controlar el temperamento. En todas las cosas, incluso en las que consideramos «azarosas», Dios tiene el control en última instancia (Proverbios 16:27-33).
Referencias cruzadas por término – Proverbios 16:3:
Encomienda al Señor tus acciones:
Salmos 55:22 – Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.
Lucas 12:22 – Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.
Mateo 6:25-34 – Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta…. No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
Proverbios 3:6 – Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
Y tus pensamientos serán afirmados.:
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.
Salmo 139:23-24
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Isaías 55:8
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23
No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:2
Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Salmo 139:1-2