19 de Abril: Esperar en la promesa

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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)

Palabra:

Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. (Salmos 119:49)

Oración:

Señor, Gracias por tus preciosas y grandísimas sorpresas, esas sorpresas son promesas y en esas promesas yo siempre puedo estar confiado. Una promesa tuya es como un cheque girado a mi nombre por el Presidente de un banco. Tu eres el creador del universo y de mi vida. Tus promesas las puedo hacer efectivas en la realidad de tu presencia. En ellas puedo descansar. Siempre tus palabras llegan en el momento más necesitado de mi vida y en esa promesa encuentro fe. Amén.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – Salmos 119

El Salmo 119 es el más largo de la Biblia, con 176 versos. Su autor es desconocido, pero muchos creen que fue escrito por David, Esdras o Daniel. Nos dice que la palabra de Dios es la verdad más profunda y que ayuda en todos los momentos difíciles de nuestra existencia.

El Salmo 119 es una extensión del Salmo 19:7-9, en el que se dice que «La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos»

Los preceptos del Señor son rectos y alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro e ilumina los ojos. El temor del Señor es limpio y permanece para siempre; los juicios del Señor son verdaderos y justos a la vez.

En casi todos los versos se menciona la Palabra de Dios. El Salmo 119 afirma que la palabra de Dios refleja el carácter de Dios mismo y en consecuencia es ella el modelo que debe dirigir nuestras vidas, para reflejar tal carácter.

Comentario Bíblico -Salmos 119:49

Quienes hacen su porción de las promesas de Dios, pueden hacerlas su oración con humilde osadía. El que obra la fe en nosotros por su Espíritu, obrará por nosotros. La palabra de Dios habla consuelo en la aflicción. Si nos hace santos por gracia, hay suficiente en ella para darnos bienestar en todas las circunstancias. Estemos seguros de tener la ley divina por lo que creemos, y entonces, no dejemos que los burladores prevalezcan sobre nosotros para que la dejemos. Los juicios antiguos de Dios nos consuelan y nos exhortan, porque Él sigue siendo el mismo. El pecado es horrible a ojos de todos los que son santificados. Antes que pase mucho tiempo el creyente se ausentará del cuerpo y estará presente con el Señor. Mientras tanto, los estatutos del Señor dan tema para agradecida alabanza. En la temporada de la aflicción y en las horas silenciosas de la noche, él recuerda el nombre del Señor y es estimulado a obedecer la ley. Todos los que han hecho de la religión lo primero, admitirán que, por ella, han sido ganadores en forma indecible.