22 de Diciembre: Agradable a Dios

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Palabra:

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. (Génesis 5:24)

Enoc vivió en un momento único de la historia, antes del juicio de Dios por el Diluvio. La gente que vivía en la época de Enoc era muy mala. Tan malos, de hecho, que Dios se arrepintió de haberlos creado. La Escritura nos dice que toda inclinación de los pensamientos de sus corazones era «solamente al mal» (Génesis 6:5).

Pero en medio de este ambiente oscuro, había un individuo que caminaba con Dios; ese era Enoc la muestra de que es posible vivir una vida piadosa en un mundo impío. Hecho que es ratificado en Hebreos 11:5 donde se menciona que Enoc agradó a Dios.

Y es que nosotros también podemos vivir nuestra vida de manera que agrade al Señor.  Pero: ¿Cómo podemos hacerlo? Podemos empezar por averiguar qué es lo que Dios dice específicamente que le agrada.

He aquí algunos pasajes de la Escritura:

1. Dios se complace cuando, a causa de su conciencia hacia Él, alguien soporta aflicciones sufriendo injustamente (1 Pedro 2:19).
2. Dios se complace cuando los hijos obedecen a sus padres (Colosenses 3:20).
3. Dios se complace cuando le alabamos y cuando ayudamos a los demás (Hebreos 13:15).
4. Dios se complace cuando somos instrumento para la obra de su reino (Filipenses 4:17).

Por supuesto, al leer y estudiar la Palabra de Dios, descubrirás otras cosas que le agradan a nuestro Padre Celestial. Algunas personas tienen la idea equivocada de que es muy difícil complacerlo, pero en realidad No lo es. Él te ama. Lo sabe todo sobre ti. Tus defectos no le sorprenden. Quiere lo mejor para ti. Sus recursos están a tu disposición. Es paciente ante tus errores. Piensa en todas esas bondades que el Señor ha puesto a favor de cada uno de sus hijos.

Enoc tenía el testimonio: agradaba a Dios. ¿Cuál es tu testimonio hoy?

Oración:

Señor, enséñame cada día a vivir de una manera que Te agrade. Revélame a través de Tu palabra, el carácter que deseas que forje para ser digno testimonio de Tu gracia y dame la constancia para permanecer en ese, que es el camino verdadero, sin dudar, aún en medio de las grandes pruebas que deba enfrentar; contigo sé que puedo lograrlo. Amén