Palabra:
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. (1 Pedro 4:12-13)
Piensa:
¿Cuál es el sentido de los tiempos difíciles en nuestras vidas? ¿Qué está tratando de hacer Dios? ¿Qué está tratando de enseñarnos? Pedro escribió: «Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido…sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo» (1 Pedro 4:12, 13).
Las pruebas en la vida son de los mejores medios por los que aprendemos mucho más sobre nosotros mismos, aprendemos la compasión, sabiendo ponernos en el lugar de aquel que pasa por donde nosotros ya hemos estado, Aprendemos a esperar pacientemente, aprendemos lo valiosa que es la esperanza y como a través de ella podemos fortalecer y nutrir nuestra fe en el Señor.
Tal vez Dios nos lleve al final de nuestros recursos para que podamos descubrir la inmensidad de los suyos. No escuchamos muchos sermones sobre el quebrantamiento hoy en día, pero en los cuatro evangelios Jesús nos enseñó a negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz diariamente y seguirlo. No conozco ninguna forma indolora de morir a nosotros mismos, es decir desechar viejos y malos hábitos y perseguir el ideal que El Señor espera de nosotros, que a través de las circunstancias apremiantes de la vida, de las angustias, de las adversidades. Fases que son naturales y necesarias y que muchas veces se convertirán en lo mejor que nos pueda pasar.
«Si no hay dolor, no hay ganancia», dice el fisicoculturista. ¿No es eso cierto también en el reino espiritual (Hebreos 12:11)? El carácter probado proviene de la perseverancia a través de las tribulaciones de la vida (Romanos 5:3-5). Cada gran período de crecimiento personal en mi vida y ministerio ha sido precedido por un gran tiempo de pruebas.
Oración:
Señor, me someto a Tus pruebas para poder llegar al final de mis recursos y alegremente descubrir los tuyos. Amén.