Palabra:
«Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas» (Josué 1:9)
Recuerdo hace unos años cuando fue elegido para dirigir el censo de mi comunidad. Una de las cosas que aprendí fue que estar en una posición de liderazgo no es una tarea fácil. Debes estar al tanto de las necesidades del grupo, de buscar el mejor equilibrio para satisfacerlas e incluso resolver el conflicto cuando sean contrarias. Además debes procurar pregonar con el ejemplo para ganar la confianza de todos.
Josué era el líder que sustituyó a Moisés, luego de su muerte, para ser responsable de guiar a su pueblo a la tierra prometida. Imagino que grande y compleja responsabilidad haber recibido la disposición de mantenerse valiente y fortalecido, para acometer tan difícil objetivo. Josué era invitado a ser constante en su perseverancia, pero no en soledad, sino estando consciente de que en su tarea, contaría con la presencia del Señor en cualquier instante.
Resulta fácil entrar en pavor y a partir del miedo, desmayar cuando nos encontramos al frente de grandes responsabilidades. Al ser parte de en una tarea que demanda de nosotros una alta vocación de liderazgo, podemos sentirnos abrumados y sin importar si nos encontramos dirigiendo a nuestra comunidad, o solo a un par de nuestros amigos, podemos pensarnos solos y perdidos en esa situación.
Las escrituras de hoy nos invitan a fortalecernos en el Señor, para encontrar el camino correcto, recordando que a veces el liderazgo que deberemos enfrentar podrá ser guiando, asi como Josué, a muchos de nuestros hermanos, o será manteniéndonos firmes ante una persona que respetamos y por la cual tenemos afecto o incluso levantando nuestra voz cuando seamos testigos de grandes injusticias.
En esos momentos, recuerda que en Él Señor esta la fuerza y el coraje. No te encuentras sólo, pues Él siempre estará contigo.
Oración:
Señor, dame la fuerza y el coraje, para ejercer las acciones correctas cuando se require mi liderazgo. Aleja de mi el miedo y la angustia, ayudándome a recordar que donde quiera que me encuentre, siempre estarás conmigo. Amén