Palabra:
«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos» (Isaías 55:8-9)
Una hermosa tarde de diciembre, decidí recoger nuevamente de mi patio, las hojas desprendidas de los arboles cercanos. Tome el rastrillo y al empezar a barrer, me percaté de que el viento fuerte que soplaba, movía las hojas en la dirección contraria. A pesar de mis esfuerzos por seguir barriendo en la dirección que yo consideraba correcta, no lograba recolectar ninguna hoja. Para ser más productivo, decidí poner el contendedor en la dirección que pensaba equivocada e instantáneamente las hojas empezaron a caer justo donde necesitaba.
Ese sencillo, pero aleccionador evento, me hizo recordar, que a veces insistimos en hacer las cosas, de la forma en que pensamos que están bien o que serán más productivas y rendirán más beneficios en nuestra vida, justo cuando el Señor nos está llamando a tomar otra dirección.
Allí prevalecen las escrituras de hoy cuando nos instruyen: “mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos”. Habrá momentos en los que el Señor pondrá en tu camino cosas que te hagan cuestionar sus motivos, habrá otros tiempos en los que te instruirá a un cambio total de planes y pensarás en dudar. En ese instante recuerda que nosotros creemos tener el camino correcto, pero Dios siempre tiene el camino necesario y ante ello solo debemos confiar en su sabiduría, cuidado y guía.
Las maneras del Señor, son a veces misteriosas, también inexplicables y para nosotros, en momentos cuestionables, pero al final son perfectas y maravillosas y siempre, a fin de cuentas serán para nuestro bien.
En esos momentos de duda, incrementa tu fe en Él y en su sabiduría, que es la más alta y siempre nos conducirá a puerto seguro: “!!Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios!!! Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33)
Oración:
Gracias Señor, por recordarme cada vez que llego a dudar, que en Tu sabiduría y cuidado, puedo retomar el camino necesario, que me llevará con certeza a alcanzar el propósito que tienes para mí. Amén.