Yo sé que nada hay mejor para el hombre que alegrarse y hacer el bien mientras viva. (Eclesiastés 3:12)
Una de las lecciones más importantes que aprendí es que no puedo contar con alguien para me haga feliz. Dios ha dado nosotros la capacidad de asumir la responsabilidad de nuestra propia felicidad.
Mucha gente no es feliz a menos que una cierta persona se comporte de cierta manera, o una cierta situación funcione de la manera que ellos quieren. Todos los días permitimos que nuestra felicidad dependa de otras personas y situaciones, cuando en realidad, Dios quiere que encontremos nuestra felicidad en Él.
Hubo un tiempo en el que me sentía mal si Dave se iba a jugar golf un día después de una de nuestras conferencias. Yo quería que fuéramos de compras o ver una película conmigo. Pero Dios me mostró que nosotros tenemos diferentes formas de relajarnos y descansar.
Es solo un ejemplo, pero hay muchas maneras en que ponemos expectativas poco realistas en las personas y confiamos en ellos para que nos mantengan felices. Dios quiere que le miremos primero a Él y confiemos en Él para nuestra felicidad.
Palabra Diaria: Señor, mi felicidad debería solo depender de Ti, no en otras personas y situaciones. Ayúdame a ver las expectativas poco realistas que tengo, a reconocerlas como un error y a poner nuevamente los pies sobre la tierra para poder asumir la responsabilidad de mi propia felicidad.