Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. (Efesios 6:9-10)
Señor, enséñame a crecer en Tus caminos, a actuar conforme a Tu voluntad para ser digno de toda la fuerza y poder que residen en Tu nombre. Que Tu Espíritu se derrame en mi vida sanando las heridas de cada una de las batallas libradas y que Tu presencia sea permanente para no perderme en las distracciones del mundo.