Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros. (Gálatas 5:25-26)
Te pido que llenes completamente mi vida de tu plenitud. Guíame hacia toda verdad; siembra en mí corazón la semilla de tu Espíritu; permite que la cosecha sea abundante y ese fruto sirva para testificar y alcanzar a otros, llevándolos a los píes del Redentor.