Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. (1 Juan 3:21-22)
Señor, quiero preparar mi corazón adorándote y dándote gracias en todas las cosas. Crea en mí un corazón puro y un espíritu recto para que pueda complacerte. Llena mi corazón de amor, paz y alegría para que estos regalos rebosen de mi boca y de mi hacer. Convénceme del pecado cuando murmuro. Siempre que hable con alguien, concédeme palabras vivificantes y edificantes.