Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Corintios 12:9)
Señor, en tiempos de sufrimiento o tribulación, te pido que me permitas sentir Tu presencia aún más intensamente. Quiero ser más fuerte en medio de las pruebas, no más débil. Quiero crecer en la fe, no ser atormentado por la duda. Quiero mantenerme firme en tu verdad y gracia. Quiero tener una confianza sólida y determinada anclada en la más grande verdad: Me amas, Me proteges, y escuchas y respondes siempre a mi clamor.