Una simple fórmula que se debe aplicar antes de hablar de alguien o de un tema controversial:
P–¿Es productivo?
I—¿Inspira?
E–¿Edifica?
N–¿Es necesario?
S–¿Es seguro?
A–¿Es amable?
Si lo que tengo que decir no pasa esa prueba, ¡me quedaré con la boca cerrada!
Proverbios 15:28
El corazón del justo piensa para responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.
Santiago 1:19
Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar.