En una cena en honor de Albert Einstein, un estudiante le preguntó al gran científico: ¿Cuál es su profesión?
-Me dedico al estudio de la física, dijo Einstein.
El estudiante exclamó: ¿Quiere decir que usted sigue estudiando física? Yo terminé el año pasado.
Una de las grandes tentaciones en la vida es dividirla en épocas y pensar en cada una como un fin en sí misma. El estudiante piensa en el diploma del colegio secundario como una meta, pero no lo relaciona con lo que quiere hacer en la vida. El egresado tal vez consiga el trabajo de su elección y nunca considere que podría hacer otros trabajos en el futuro.
¿Cuántas veces has visto a un muchacho y una muchacha que se comprometen en matrimonio y gastan una fortuna, y cientos de horas preparando la boda con poca o ninguna preparación para los años de matrimonio que tienen por delante? O tal vez un matrimonio espera el nacimiento del hijo sin saber en realidad lo que significa la paternidad.
El huerto de la vida es un ciclo continuo de años y estaciones. Quienes cosechan mucho parecen ser las personas que miran hacia atrás y hacia adelante. Miran al pasado para rescatar de sus experiencias las que les servirán a resolver los desafíos del presente. Miran al futuro para decidir qué semillas plantarán hoy para lograr los éxitos del futuro.
Dios esta presente en cada segmento de nuestra vida, instándonos a aprender de las experiencias y los logros para que nuestros jardines alcancen el máximo de su potencial.
Oseas 10:12
Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga y os enseñe justicia.
Fuente: En el jardín con Dios. Editorial Unilit