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“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8)
Señor, hoy quiero oír tu voz y obedecerla. Se que me instruirás y me enseñarás el camino, porque como buen Pastor no me dejarás caer, ni perderme en el abismo de las angustias y las dificultades. Se que en Ti, mi victoria está garantizada. En El Nombre de Jesús, Amén.