Señor, dame la habilidad de ser lento para enojarme. Quita cualquier cosa en mí que se rehúsa a abandonar el enojo por cosas que han pasado. Ayúdame a no enojarme por cosas que creo que son injustas o que son afrentas personales. En cambio, ayúdame a pasar por alto las cosas que me molestan y a abandonar todo el enojo a tus pies. Reemplaza con tu amor y tu paciencia todo el enojo que hay en mí. No quiero que el enojo demore mi restauración y que me impida disfrutar del destino que tienes para mí.
La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa. (Proverbios 19:11)