Palabra:
Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? (1 Reyes 3:9)
Salomón, hijo del rey David, fue su sucesor. David era un líder inusual, un guerrero victorioso, un administrador hábil, un estadista de cualidades superlativas. Ahora, Salomón, todavía joven, está tomando el trono. ¿Qué hay que hacer? Lejos de embriagarse de poder, consideró pertinente pedirle sabiduría a Dios. Podría haber pedido riquezas, salud, un ejército bien equipado y la victoria sobre sus enemigos. Pero pidió sabiduría para gobernar. Pidió un corazón comprensivo para juzgar a la gente. Pidió prudencia para discernir entre el bien y el mal.
Dios le concedió a Salomón la sabiduría y como consecuencia de ese clamor y su promesa cumplida, vino una gran riqueza y un enorme prestigio. Su reino era más grande que el de su padre. Amplió sus fronteras, amasó una fortuna colosal y una fama incomparable. ¡Ah, cómo necesitamos líderes que se humillen bajo la mano omnipotente de Dios! ¡Ah, cómo necesitamos gobernantes sabios que tengan corazones comprensivos para juzgar al pueblo! ¡Ah, cómo necesitamos políticos sabios que sepan discernir entre el bien y el mal!
Sin sabiduría, los gobernantes tolerarán y promoverán el mal. Sin sabiduría los gobernantes omitirán hacer el bien e incluso impedirán el avance de las causas que promueven del bien. ¿Pero qué es la sabiduría? La sabiduría es mirar la vida con los ojos de Dios. Es actuar en armonía con la voluntad de Dios, es dejarnos dirigir por Su guía y vivir en Su verdad.
Oración:
Señor, en mundo donde la esperanza de un porvenir mejor, de paz y tranquilidad, se avisora cada vez más remoto, Te pido que concedas a nuestros líderes, gobernantes, individuos en posición de poder, la sabiduría necesaria para actuar en el bien de la humanidad, en el respeto a cada derecho, en la lucha por el bienestar colectivo y la paz. Que seas Tu Padre el que guíe sus decisiones y Él que les marque el camino a recorrer. Amén.
Más Palabra Edificada / Sabiduría de Dios:
» La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría» Colosenses 3:16
«Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.» Santiago 1:5
«Busca la sabiduría como si fuera plata,
como si fuera un tesoro escondido.» Proverbios 2:4
«Porque mejor es la sabiduría que las piedras preciosas;
Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.
Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.» Proverbios 8:11-12
«Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él» Efesios 1:17
«El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.» Proverbios 1:7
«Porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan.» Lucas 21:15
«Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría,
Y que obtiene la inteligencia» Proverbios 3:13
«Presta atención a la sabiduría
y conságrate de todo corazón a la inteligencia.» Proverbios 2:2
«Porque el SEÑOR es el que da la sabiduría;
el conocimiento y la ciencia brotan de sus labios.» Proverbios 2:6