Publicado por Versículo:
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion. (Salmos 84:5-7)
Comentario:
El salmista insiste en reafirmar la condición de aquel siervo que se deja guiar y conducir por el Señor, afirma: «bienaventurado», feliz es el hombre que vive esta condición. Destaca que estos siervos viven felices, porque renuevan sus fuerzas en el Señor.
Hay una referencia a los caminos «llanos», los que son más fáciles de recorrer. El hombre que busca la dirección de su vida en la presencia del Señor tendrá una visión de los mejores caminos, incluso podrá elegir los más tortuosos, pero siempre sabrá cuáles son los mejores.
En el peregrinaje de la vida, los siervos del Señor pasarán por momentos difíciles: «Valle de las Lágrimas» (o del Llanto – que los peregrinos judíos estaban obligados a pasar cuando iban a Jerusalén – un desierto desolado).
Pero la presencia del Señor los reconfortó y dirigió, renovando sus fuerzas para alcanzar su meta.
La vida está hecha de momentos maravillosos y especiales, pero siempre nos reserva momentos difíciles; lo que aprendemos de este testimonio del salmista es que la vida siempre será feliz si confiamos plenamente en el Señor, incluso cuando estemos en medio de nuestro Valle de lágrimas.
Renueva tus fuerzas… ¡bendito sea!
¡Camina con Dios!
Oración:
Señor, aún cuando pase por el valle de lágrimas, renueva mis fuerzas, mi esperanza y mi fe para no olvidar que camino de Tu mano, que me guía y me cuida en cada paso que doy.
