Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma. (Deuteronomio 4:29)
Cuando Jesucristo tiene el primer lugar en nuestras vidas, experimentamos muchas bendiciones, entre ellas:
Un espíritu reposado. Cuando dirigimos nuestra atención al Señor y meditamos en su Palabra, Él “junto a aguas de reposo [nos] pastoreará”, donde hallamos descanso para nuestra alma (Sal 23.2). El Espíritu Santo nos ayuda a dejar fuera las distracciones, para darnos la seguridad del amor y el sostén de nuestro Padre celestial. Con una mente y un corazón reposados, podemos discernir lo que Dios nos está diciendo.
Una fe más fuerte.El estudio de la Biblia ensancha nuestra visión de Dios, y nos da discernimiento y dirección. El leer la manera como el Señor ha ayudado a otros, nos da la confianza de que Él está a nuestro lado, permitiéndonos enfrentar las exigencias de la vida. Nuestra fe crece a medida que obedezcamos su dirección y observemos la manera como actúa a favor nuestro.
Un corazón purificado.Al igual que un espejo, la Biblia nos refleja lo que realmente somos, y revela lo que necesitamos cambiar. Si confesamos nuestro pecado, Dios promete limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1.9).
Una mente preparada.No sabemos lo que acontecerá en el futuro, pero Dios sí. Él quiere prepararnos, tanto para los tiempos felices como para los difíciles. Por medio del Espíritu Santo, estaremos equipados para lo que nos depare la vida (2 P 1.3).
La vida de Pablo demuestra lo que significa dar al Señor Jesús el primer lugar (Gá 2.20), él conoció el gozo en medio de las pruebas, y recibió fuerzas para enfrentar crisis y dificultades. Nosotros tendremos también estas bendiciones si hacemos de la relación con el Señor Jesús nuestra prioridad.
Palabra diaria: Señor, siempre que te busco, puedo encontrarte. Gracias por tu presencia incondicional, que ha cambiado mi vida y me ha dado la paz que necesita mi corazón, en cualquier circunstancia.
Más Palabra Edificada / Presencia de Dios:
Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.
Salmo 16:11
Y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia.
1 Corintios 1:28-29
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado,
he aquí, allí tú estás.
Salmo 139:7-8
Buscad a Jehová y su poder;
Buscad su rostro continuamente.
1 Crónicas 16:11
Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.
Hechos 3:19
La dádiva del hombre le ensancha el camino
Y le lleva delante de los grandes.
Proverbios 18:16
Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.
Romanos 3:20
Cantad a Dios, cantad salmos a su nombre;
Exaltad al que cabalga sobre los cielos.
JAH es su nombre; alegraos delante de él.
Padre de huérfanos y defensor de viudas
Es Dios en su santa morada.
Salmo 68:4-5