(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
«Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará» (Juan 12:26)
Cuando se nos presentan oportunidades de servir a Dios, no siempre reaccionamos de la manera que Él merece. Quizás por pensar que nuestra agenda está muy saturada o por sentirnos poco capaces.
El Señor quiere que sus siervos estén dispuestos, primero, a hacer lo que sea; y después, a buscar conocer su plan específico para ellos. Dios dota de manera especial a sus seguidores para que le sirvan conforme a su voluntad. Pero cuando ya hemos decidido que no podemos hacerlo, que no lo haremos, o que no estamos bien preparados, estamos actuando entonces de acuerdo con nuestra voluntad, y eso no está bien.
Usted puede servir al Señor como buen padre, o como quien habla del evangelio a sus compañeros de trabajo, o como amigo que escucha a quienes estén sufriendo. No hay ninguna restricción en lo que Dios puede hacer con un ayudador dispuesto. El poder de su Espíritu supera las limitaciones humanas. ¿No se siente usted lo suficientemente valiente? Dios puede cambiar eso. ¿No tiene las aptitudes adecuadas? Dios puede cambiar eso.
Dejar las excusas es lo más sabio que podemos hacer para servir a Dios. Confíe en que el Señor le capacitará para hacer lo que Él le pida, y que se ocupará de dotarle y prepararle debidamente (Ef 2.10; 2 Ti 3.16, 17). Lo único que Él le pide es que diga “sí”.
Palabra diaria: Señor, que en cualquier lugar que me encuentre pueda servirte con gratitud y fidelidad. Manténme atento para aprovechar las oportunidades que se me presenten de servir a otros y glorificarte, porque mi objetivo será siempre hacer tu voluntad, mi Dios.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del Capítulo – Juan 12
En Juan 12, el evangelista nos muestra cómo Marta, María y Lázaro se acercaron aún más a Jesús después de la resurrección de Lázaro. Prepararon una cena para el Maestro y sus discípulos. Sin duda fue un momento de maravillosa comunión.
Buenas risas, deliciosa comida, descanso y la compañía de los seres queridos. Ese era el lugar ideal para recuperar la energía de las largas caminatas, las cruzadas evangelizadoras y las curaciones.
Pero, ¡sucedió algo sorprendente!
Mientras Jesús estaba sentado, María tomó un frasco de un perfume muy caro y lo derramó sobre los pies del Maestro, olía tan bien que el lugar se llenó del precioso aroma.
La adoración de María es reconocida por Judas como un desperdicio, pero por Jesús es vista como preciosa. ¡Fue algo profético!
No debe importarnos lo que la gente diga sobre nuestra devoción al Señor Dios, debe importarnos la lectura que el Señor haga de nuestra actitud.
Esbozo de Juan 12:
12.1 – 8: Jesús es ungido en Betania
12:9 – 11: El plan de los judíos para matar a Lázaro
12:12 – 19: La entrada de Jesús en Jerusalén
12.20 – 26: Jesús se encuentra con unos griegos
12:27 – 36: Jesús explica su misión
12:37 – 43: Jesús y la incredulidad de los judíos
12.44 – 50: El resumen de la enseñanza de Jesús
María tomó un frasco de nardo puro
La ofrenda que María presenta a Jesús en Juan 12:1-8 fue pensada. Tomó un frasco de nardo puro -un perfume caro- que costaba el equivalente a un año de trabajo, y lo derramó sobre Jesús.
La Biblia dice en el versículo 3 que «la casa se llenó de la fragancia del perfume».
¡Qué hermoso ejemplo de ofrenda y adoración!
El lugar estaba lleno de su actitud. María transformó el ambiente adorando a Jesús, sin importarle lo que pensaran los demás.
Sin embargo, no todos estaban contentos. Sí, Judas Iscariote llamó al acto de María un «gran desperdicio».
Por otro lado, Jesús le reprendió y exaltó la actitud de María.
Así que, en la vida, tú y yo tendremos dos opciones: o nos importa lo que dice Dios, o nos importa lo que dice la gente.
¿Cuál será tu elección?
Mas Palabra Edificada/Servir a Dios:
«Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.» Marcos 10:45
«Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor» Mateo 20:26
«Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús…que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres» Filipenses 2:5-7
«Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.» 1 Corintios 10:24
«Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.» 1 Corintios 4:1
«Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.» Juan 13:14
«Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.» Colosenses 3:17
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará. Juan 12:26
Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos. Marcos 9:35
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Marcos 10:45
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:21
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17
En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis, guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz, a él serviréis, y a él seguiréis. Deuteronomio 13:4
Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Gálatas 5:13
Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? Deuteronomio 10:12-13