Señor, no sé quién o qué se cruzará en mi camino hoy. Pero sé que Tú eres mi Roca y mi Fortaleza. Tú eres mi escudo y mi torre fuerte. Ayúdame a anclarme a Ti hoy. Enséñame a permanecer fuerte en Ti y a elegir sólo Tu camino. Ayúdame a caminar por Tu verdad y no por mis sentimientos. Ayúdame a abrazar cualquier cosa que llegue a mi vida como una oportunidad para verte obrar en mi y como una oportunidad para encaminar a otros hacia Tus sendas. Gracias porque me amas y nada puede quitarme eso. Incluso si hoy fallo y me quedo corto en cumplir los objetivos que tienes para mi, Tú susurras Tu amor incondicional en lo más profundo de mi alma y me recuerdas que tus misericordias son nuevas cada mañana.
Por todo ello te doy las gracias Padre, que aún siendo imperfecto y fallándote muchas veces, me cobijas con Tu manto, me levantas en la prueba y obras en mí cada día para transformarme en instrumento efectivo de gracia para los que me rodean, incluso cuando no pueda percibirlo directamente. Que Tu compañía y presencia nunca me falten Padre.