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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.
Palabra:
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. (1 Corintios 9:24)
Si participas en un evento deportivo, tienes que jugar dentro de las reglas de la competición. No puedes crear tu propia regla o decir: «Si doy dos veces al poste, entonces es un gol». Estas son mis reglas. No es así como funciona. Hay que jugar con las reglas del juego. Aunque le des dos veces al poste, tienes que meter el balón en la arquería. Si no lo haces, no marcas.
Si quieres, por ejemplo, competir en atletismo en los Juegos Olímpicos, tienes que cumplir las reglas. Una de las normas es que los atletas tienen prohibido utilizar drogas como los esteroides para aumentar su rendimiento. Recordemos los Juegos Olímpicos de 1988, cuando Carl Lewis famoso atleta estadounidense ganó la medalla de oro en los 100 metros lisos porque Ben Johnson fue descalificado por consumo de esteroides. Johnson no había sido un jugador fiel a las normas de la competencia.
Del mismo modo, en la carrera de la vida en la que competimos, tenemos un libro de reglas. Es la Biblia. Y no debemos escoger qué partes de ella nos gustan más, porque no podemos decir: «Me gustan ciertas verdades de la Biblia; me gusta la parte del amor y el perdón de Dios, pero la parte de negarse a sí mismo y tomar la cruz… esto no debe haber sido traducido correctamente». No puedo creer esa parte». No puedes hacer eso.
Si corres esta carrera, y quieres ganar, entonces tienes que jugar con las reglas que Dios ha establecido en las Escrituras. Tenemos que jugar dentro de las reglas, o de lo contrario seremos descalificados, pero contamos con un Padre amoroso, que nos dará la oportunidad hasta el final de que seamos victoriosos; Tomémosla y aprovechémosla; es grandioso y eterno, el galardón.
Oración:
Señor, que no se aparte Tu ley de mi proceder y de mi actuación, que no se aparten Tus palabras de mi boca, y que no se aparte de mi corazón. mi fe en Tus promesas eternas, de forma que pueda yo correr esta carrera por glorificarte, como un corredor digno de acompañarte, que es fiel y obediente a cada uno de Tus mandatos. Que sea siempre asi Padre, Amén.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo 1 Corintios 9:
Pablo, al escribir a los corintios sobre su vocación, adopta una actitud de obligación. Para el Apóstol, el creyente no debe pensar que el cumplimiento de su vocación es una cuestión opcional. Nuestra vocación, sea cual sea, forma parte del plan divino, para la instauración de su Reino. Decir «no» a la llamada divina es decir «sí» a una vida espiritualmente absurda. En la que, aún sabiendo lo que nos completa, en la vida abundante que el Señor quiere darnos, aún conociendo nuestra responsabilidad personal, elegimos no cooperar, no cumplir con nuestro deber. Si mi vocación es ser maestro, pobre de mí si no enseño. Si mi vocación es ser jornalero, pobre de mí si decido no cuidar bien la casa.
Referencias cruzadas por término – 1 Corintios 9:24:
¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio?.
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. (Hechos 20:24)
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (2 Timoteo 4:7-8)
Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:14)
Corred de tal manera que lo obtengáis.
Asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. (Filipenses 2:16)
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. (Santiago 1:12)
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. (1 Pedro 5:4)
Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres. (Proverbios 3:3-4)