Señor, quiero agradecerte hoy la nueva oportunidad que me das con este amanecer, de vivir un nuevo día para Tu servicio. Que aproveche este día en cada una de mis acciones y palabras para glorificarte y seguir la voluntad que has guardado para mí.
Te pido también Padre, que me proveas lo que necesito en lo material, según Tu juicio, que es siempre suficiente y brindado a mi con la exactitud que solo Tu conoces, para no rendirme a lo bienes pasajeros del mundo sino a lo eterno e infinito de Tus maravillosas promesas.
Que hoy Señor, pueda aceptar con gracia las derrotas que encuentre, pero que ellas no me hagan ignorar las bendiciones, que sin importar el tamaño o cantidad, pondrás también en mi día para poder yo apreciar Tu amor incondicional y Tu misericordia constante para con cada uno de Tus hijos.
Y por último Padre, dame la compasión para enterder al hermano que encuentre en una posición de agredirme o dañarme y concédeme un corazón misericordioso para perdonarlo de la misma manera en que Tu me perdonas cuando he fallado, sabiendo que llevar el peso del rencor o el resentimiento, solo me alejaría de Tu presencia de la que solo se desprende el amor, el cuidado y la protección de un Padre bondadoso y comprensivo.
Que sea haga hoy y siempre Tu voluntad Señor.
En el Nombre de Jesús, Amén.
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. (1 Juan 4:7-9)