Vesículo:
Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. (Marcos 9:23-24)
Comentario:
Vivir una fe completa no es fácil. Especialmente si lo consideramos por conceptos humanos, pero no puede ser evaluado o buscado bajo estos aspectos. Algunas personas, incluso ante la tragedia, son incapaces de quebrarse y tener una experiencia con Dios.
Esto es lo que le ocurrió al hombre citado en el texto de hoy (contexto de los versículos 17-27). Vivía una tragedia familiar, con el problema de su hijo, y ante Jesús se declaró «incrédulo»; pidió ayuda y la recibió porque confesó que necesitaba ayuda para creer completamente.
Siempre faltará algo para alcanzar la «cúspide» de nuestra fe y es posible que ni siquiera la alcancemos, pero una cosa no puede faltar: «una actitud de humildad y entrega». Esto marcará la diferencia entre los que no creen y los que quieren creer, aunque tengan que superar luchas interiores. ¡Vivir una experiencia de fe vale la pena!
Busca… confía y vive esta experiencia con el Señor.
Oración:
Señor, transforma mi corazón y mi espíritu por Tu Palabra, de manera que pueda superar las luchas interiores que me impiden vivir una completa y sólida fe. Quiero aprender a depender de Ti en todo, a buscarte, a servirte y a seguirte en todo tiempo y momento de este camino.