Padre celestial en este nuevo día que amorosamente me regalas y en el que otra vez puedo disfrutar de Tu presencia, quiero orar por que Tu presencia sea constante en mi vida y por que nunca decrezca en mi, el deseo y voluntad de buscarte Señor.
Enséñame Señor a dejar todo a un lado, porque tú eres más valioso, más precioso para mí que cualquier cosa en toda la creación. Que no me deje llevar por las distracciones que el mundo coloca frente a mí, y que como tentaciones poderosas nos atraen pero con cosas temporales y que no llenan nuestra alma, como si lo hacen Tus cosas Padre que son eternas y nos dan la vida veradera que necesitamos. Por ello Señor, recuérdame que aunque siempre estás conmigo, prometiste que te acercarías a mí si yo me acercaba a ti (St 4,8). Vale la pena renunciar a todo para estar en tu presencia. No permitas que comience cada día de mi vida sin buscarte y someterme a la guía de tu Espíritu Santo.
Perdóname por las veces que no te he buscado porque pensé irreflexivamente que me iría mejor si actuaba por mi cuenta. Por ello, concédeme un corazón que anhele conocerte y amarte profundamente. Te necesito más que el aire que respiro, pues Tu eres todo en mi vida.
En El Nombre de Jesús Todo ello Te lo pido, Señor, Amén.