Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. (Juan 15:4-5)
Señor, en este nuevo día que contemplo y que es una dádiva de Tu gracia y misericordia, quiero orar por permanecer siempre unido a Ti. Tu Palabra es clara y sentencia que: Solo unidos a Ti como un ramo de la vid verdaderá y próspera en los bienes eternos que solo Tu proporcionas, podremos rendir el verdadero fruto que deseas que rindan cada uno de Tus hijos, pues separados de Ti ellos nada podrán hacer.
Por ello Padre, dame una fe cada día más fuerte, una confianza cada día más solida y una determinación cada día más constante para buscarte en todo momento y mantenerme alerta para escucharte en toda situación a través de las distintas maneras en las que puedes hablarme: mediante una circunstancia, una persona o incluso una prueba. De esa manera podré Señor, permanecer unido a Ti y no seré un pámpano improductivo sino uno frondoso que rinda frutos verdaderamente dignos de Tu Reino.
Y finalmente Señor, dame la humildad para no caer en la tentación de la autosuficiencia, pues por mis propias fuerzas o capacidades no llegaré a ningún lado, todo lo contrario, caminaré en victoria unido a Ti y guiado por Tu presencia y Tu cuidado.
En El Nombre de Jesús Todo ello Te lo pido, Señor, Amén.