Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias. (Salmos 31:7)
Dios mío, no existe adversidad en la faz de la tierra que pueda derrumbarme, porque que te encuentras conmigo y ves todo lo que está ocurriendo en mi vida; por ello no temeré sino que estaré confiado de que la salida de cada una de las pruebas que encuentre en el camino, me dará la fortaleza espiritual, el crecimiento y la transformación que deseas llevar a cabo en mi.
Por todo eso, hoy te pido Señor que me ayudes a comprender que la existencia de pruebas, no significa que estés ausente, sino por el contrario que cada adversidad es una razón para ver Tu gracia actuando en mi vida, pues nos has prometido que junto con la adversidad nos darás la salida, con un fin último en el maravilloso plan que deseas trazar para cada uno de Tus hijos. Por ello, Padre, dame la gracia de no desperdiciar mis pruebas sino usarlas como un medio para crecer en Ti y forjar el carácter que deseas que posea.
Finalmente Señor, no me desampares y dame la certeza de saber que ninguna prueba me derrumbará, pues Tu como Padre amoroso ya me has cubierto de cada adversidad y has resuelto cualquier situación apremiante, incluso antes de que yo mismo pueda observarla, porque Tu como el pastor que protege sus ovejas hasta el fin, conoces y Te anticipas a las necesidades de cada uno de Tus hijos.
Gracias Señor, por Tu amor y Tu bondad. Que ellas nunca me falten.
Te lo pido, En El Nombre de Jesús, Amén.