Señor, gracias por haberme despertado hoy, para poder gozar de la bendición de un día más junto a Tu presencia, para poder ser testigo un día más de la perfección de la creación que has hecho para nuestro disfrute, para tener la oportunidad, un día más de poderte entregar mi servicio comprometido en todo aquello que hoy realice por pequeño que sea, pero siempre con miras a desempeñarlo para Tu honra y gloria.
Hoy te clamo Padre por que cuides mis labios para que sean ellos instrumentos de bendición pronunciando palabras que levanten, instruyan, motiven y encaminen a aquellos con quien me encuentre, también que cuides mis pensamientos para que en ellos no haya espacio para la angustia, el miedo o el temor, sino para la confianza, la seguridad y la certeza plena en la grandeza de Tu poder y la bondad de Tu misericordia para levantarme y rescatarme del mal y que guíes mis acciones Señor, para que en cada una de ellas sea yo ejemplo de Tu gracia y Te refleje, encaminando a otros a seguirte y a servirte con la misma fidelidad con la que intento cada día hacerlo yo también.
Finalmente Señor, protégeme y líbrame de caer en la tentación y dame un corazón agradecido para ver la provisión que con suficiencia colocas para mí y para mi familia cada día y para agradecerte también por aquello que a veces deseo pero que no colocas en mis manos, sabiendo que conoces lo que es mejor para mí.
Todo ello Te lo pido, En El Nombre de Jesús, Amén.