(Lee al final el estudio un devocional de Levítico 2. Esperamos sea de bendición para ti.)
El significado de Levítico 2 trata de la ofrenda de grano (o carne). Los productos ofrecidos en la ofrenda de grano (GNB: ofrenda de grano) provenían de la comida común del pueblo. Estas ofrendas eran el reconocimiento del pueblo a Dios por haber recibido de él las provisiones diarias.
Los productos ofrecidos fueron, por tanto, un regalo y un agradecimiento. La ofrenda de vino, a veces llamada ofrenda de bebida, tenía un significado similar (véase Levítico 23:13,18,37).
Ofrendas de cereales (Levítico 2:1-16)
Parece que las ofrendas de grano y vino nunca se ofrecían solas, sino siempre con los holocaustos y las ofrendas de paz ( Números 15:1-10).
Esto mostraba que la consagración a Dios (representada en el holocausto) y la comunión con Dios (representada en la ofrenda de paz) no estaban separadas de los asuntos ordinarios de la vida.
En el ritual de la ofrenda de grano, el sacerdote quemaba un puñado del alimento con el sacrificio; en la ofrenda de vino, vertía parte del vino sobre el sacrificio. Los alimentos que quedaban pertenecían a los sacerdotes (Levítico 2:1-10).
La levadura y la miel, por su tendencia a estropearse, no debían ofrecerse en el altar. Sin embargo, al igual que el grano y otros frutos, podían ofrecerse como primicias, en agradecimiento a Dios por su provisión de los productos de la tierra (Levítico 2:11-16).
«La ley de la ofrenda de grano» enfatizaba que los sacerdotes debían estar en un estado de santidad ceremonial cuando comían la parte del sacrificio que no se quemaba en el altar (Levítico 6:14-18).
Así como había un holocausto continuo, también había una ofrenda de grano continua, que los sacerdotes tomaban de su propia comida y ofrecían mañana y tarde. Los sacerdotes, al igual que el pueblo, debían reconocer que Dios era su proveedor diario (Levítico 6:19-23; Éxodo 29:38-42).
Devocional:
Y lo que resta de la ofrenda será de Aarón y de sus hijos; es cosa santísima de las ofrendas que se queman para Jehová. Ninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para Jehová. Como ofrenda de primicias las ofreceréis a Jehová; mas no subirán sobre el altar en olor grato. (Levítico 2:10-12)
El capítulo dos del Levítico trata de la ofrenda de grano. Esta práctica era similar al holocausto, sin embargo, no hacía uso de un sacrificio animal, sino de lo que la tierra producía. Este tipo de sacrificio de plantas era utilizado habitualmente por los israelitas más pobres que no podían llevar ningún animal de sus rebaños al Señor.
La posibilidad de obtener el favor divino de esta manera, similar al holocausto, muestra algunas verdades interesantes: (1) la preocupación que el Señor tenía por el adorador empobrecido, (2) la pedagogía divina, que reforzaba que lo importante no era el tipo de ofrenda, sino la motivación del adorador y la pureza de su corazón. Animal o vegetal, Dios pretendía instruir al pueblo para que le obedeciera; al fin y al cabo, obedecer es mejor que sacrificar.
La fe sincera y la obediencia, por tanto, eran los emblemas que el Señor esperaba encontrar en los israelitas y son los mismos que desea encontrar en nosotros.
Oración:
Gracias, Señor, llena de humildad mi corazón, pues la humildad es el primer paso para fortalecerme en obediencia y la obediencia es luego el primer paso para fortalecerme en fe, esa fe sincera y que se sobrepone a cualquier angustia, miedo o temor, y los sustituye por la confianza plena de que Tu poder perfecto, es siempre más. Concédeme humildad, obediencia y fe Padre.