(Lee al final el estudio un devocional de Deuteronomio 7. Esperamos sea de bendición para ti.)
Deuteronomio 7 habla de la misericordia de Dios de generación en generación, para los que le aman y guardan sus mandamientos. La responsabilidad de Israel era destruir al pueblo de Canaán, junto con todo lo relacionado con su religión, para que no quedara nada en la tierra lo que pudiera corromper al pueblo de Dios. Él mismo derrotaría a siete pueblos más poderosos y numerosos que los israelitas. Estos eran los hititas, los gergeseos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos (Deuteronomio 7:1-5).
El pueblo elegido por Dios
El lugar preferente de Israel como pueblo elegido por Dios no era una excusa para que hicieran lo que quisieran, sino una razón para evitar la corrupción y ser santos. Si eran desobedientes, seguramente serían castigados (Deuteronomio 7:6-11). Pero si eran obedientes, disfrutarían de las bendiciones del crecimiento nacional, la prosperidad agrícola y la buena salud (Deuteronomio 7:12-16).
Dios llevaría a su pueblo a la victoria sobre sus enemigos en el futuro, como lo había hecho en el pasado (Deuteronomio 7:17-21), pero por ahora sólo les daría la cantidad de territorio que pudieran controlar hábilmente. A medida que su número y sus necesidades aumentaran, los conduciría a una mayor conquista y expansión. Pero en todo momento debían conducir sus guerras de acuerdo con las leyes de santidad de Dios (Deuteronomio 7:22-26).
La tierra que hay que conquistar
Las variadas experiencias de la vida en el desierto enseñaron a Israel que la vida depende de algo más que de los alimentos que se ingieren. Depende de las fuerzas espirituales que sólo se encuentran en Dios (Deuteronomio 8:1-4).
Los israelitas debían tener esto en cuenta cuando se establecieran en Canaán, una tierra que considerarían rica en recursos naturales. Debían temer a Dios y agradecerle sus dones, y no darlo todo por sentado (Deuteronomio 8:5-10). Si en su prosperidad se olvidaban de Dios e ignoraban su ley, Él los castigaría como había castigado a los cananeos antes que ellos (Deuteronomio 8:11-20).
Devocional:
No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible. Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas en seguida, para que las fieras del campo no se aumenten contra ti. Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con grande destrozo, hasta que sean destruidas. (Deuteronomio 7:21-23)
¿Qué enemigo puede vencer al pueblo de Dios? ¡Nada! Nuestro Dios, nuestro Libertador, es poderoso en poder, maravilloso en santidad y más grande que cualquiera de nuestros enemigos. Nos negamos a temer las amenazas del Maligno, porque nuestro Salvador ya lo ha derrotado.
Oración:
Señor, calma mis miedos y mi corazón ansioso. Por el poder de tu Espíritu, bendíceme con valor y confianza mientras intento vivir para ti en un mundo que a menudo es hostil a mi fe y contrario a tus valores. Dame la fuerza y la determinación para seguir adelante Padre, porque se que cuando mis fuerzas acaban, las tuyas vendrán para no dejarme caer y para avanzar en la voluntad que deseas, sea cumplida en mí.