Biblia Devocional en 1 Año: Deuteronomio 10

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(Lee al final el estudio un devocional de Deuteronomio 10. Esperamos sea de bendición para ti.)

En Deuteronomio 10 Moisés recuerda al pueblo que necesitaba hacer nuevas piedras para la inscripción de la Ley, porque las primeras se habían roto por su desobediencia y su idolatría ante el becerro de oro.

Moisés les muestra que el Señor proporcionó nuevas tablas para que el pacto entre ellos pudiera continuar. Si hubiera querido, Dios podría haber abandonado al pueblo porque había pecado, pero no lo hizo.

Escribió en las nuevas tablas y levantó a la tribu de Leví como ministros de la obra de Dios y representantes de su santidad, mostrándonos que su plan para el pueblo era largo y especial.

El capítulo se cierra con una nueva exhortación a la obediencia. El Señor les muestra que el secreto de su prosperidad en la nueva tierra estaba en guardar sus mandamientos y vivir según sus instrucciones.

A Dios le agradó amar a Israel tanto como a nosotros. Los principios de crecimiento y desarrollo en esta tierra siguen siendo muy similares en nuestros días.

Obedecer a Dios no significa que todo en tu vida vaya a ir muy bien, pero ciertamente tendrás una vida próspera, en el sentido de que no te faltará nada y vivirás en paz, pues Nuestro Padre Celestial que nos ama infinitamente y nos suple con suficiencia, cuida de nosotros en todo momento, y en su perfecto tiempo y medida.

Deuteronomio 10 Esquema:

10.1 – 11: La bondad de Dios con Israel

10:12 – 22: Exhortación a la obediencia

Devocional:

Circuncidad, pues,… vuestro corazón. (Deuteronomio 10:16)

Según todo lo que el Señor había escrito en la «primera escritura», así escribió en las segundas tablas «los diez mandamientos» (v.4). Al tener un lugar de honor dentro del arca en el Lugar Santísimo, la Ley de Dios podía incluso ser quebrantada por el hombre, pero nunca perdería su vigor. El mismo Jesús afirmó: Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. (Mateo 5:18). La Ley proclamada en el Sinaí es la misma que permanece el templo del tabernáculo del testimonio abierto en el cielo. (Apocalipsis 5:1512)

La ley del Señor era infalible, al contrario de la imperfección humana, de allí que Deuteronomio 10 es un recordatorio de ello al pueblo de Israel; No se corrompería la Ley por su incomplimiento y por ello debían diligentemente cumplir tales estatutos y de corazón, para servir fielmente a Dios, como consecuencia vemos ese llamado constantemente en este capítulo: Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma (Deuteronomio 10:12)

Cuando permitimos que el Espíritu Santo quite de nuestros corazones la cubierta que nos impide escuchar claramente la voz de Dios y conocerlo como realmente es, entendemos que su Ley no es más que la transcripción del carácter de Cristo, que no mostró ninguna parcialidad, que no aceptó ningún soborno (v.17 ), que hizo justicia al huérfano y a la viuda, que amó al forastero y lo cubrió y alimentó (v.18) y que afirmó: «Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.» (Jn.15:10).

La circuncisión de la carne era una actitud externa, pero la circuncisión del corazón simboliza la verdadera obra de transformación que el Espíritu Santo desea realizar en nuestra vida. Por lo tanto, antes de cualquier reforma, debe haber un renacimiento. Si permitimos que el Espíritu Santo realice esta buena obra en nosotros, se completará en el Gran Día del Señor. Porque «la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.» (Prov.4:18). Que el Señor nos ponga «como las estrellas del cielo en multitud.» (Deuteronomio 10:22) en el camino hacia las promesa eternas. ¡Vigilemos y oremos!

Oración:

Señor, descubre mi corazón a Tu voluntad para que puedas realizar la buena obra en el y transformarlo conforme a Tu propósito, de manera que pueda yo servirte sin limitaciones ni reservas.