Contenido
(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. (Gálatas 6:9)
Si alguien tenía derecho de cansarse de hacer el bien, ese era José. Cuando era adolescente (probablemente a la edad de diecisiete), se le concedió un sueño de grandeza. ¡Cómo debió de haber esperado que ese poder y ese honor fueran suyos!
Sin embargo, lo que sucedió durante los siguientes años parecía muy diferente. En primer lugar, los hermanos de José lo vendieron como esclavo. Su vida se convirtió en un ciclo. José trabajó duro, ganó favor y luego fue maltratado. Sin haber hecho nada, acabó encontrándose en una prisión egipcia. José tenía treinta años antes de experimentar la plenitud de la profecía. Sin la menor duda, ¡esos treinta años debieron de parecer una eternidad para el joven José!
Pero José no malgastó esos años. Vivió con integridad e hizo el bien allá donde la vida le llevó. José vivió la amonestación que Pablo hizo más tarde a la iglesia de Galacia: “Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse solo respecto de sí mismo, y no en otro; porque cada uno llevará su propia carga.” (Gálatas 6:4-5).
José podía haber respondido de forma diferente al dolor que experimentó, pero escogió vivir según los caminos de Dios. Finalmente, cosechó mucho bien, no solo en su propia vida, sino también en las vidas de aquellos a los que ayudó. Pablo declaró: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (6:7-8).
No es fácil estar en la sala de espera de la vida. A menudo, Dios concede sueños mucho antes de cumplirlos. En ocasiones pasan años, no meses. Esperar es difícil, pero es nuestro campo de entrenamiento. Como José, tenemos que tomar una decisión. Podemos vivir para agradar al Espíritu de Dios en la espera, con los ojos fijos en él, aguardando una buena cosecha, o podemos ser unas amargadas y dejar de hacer lo bueno.
Para aquellos que se quedan en camino, habrá una cosecha. Es posible que no sea exactamente como soñamos. ¡Probablemente José no esperaba acabar siendo la mano derecha de Faraón! Pero Dios promete que la cosecha llegará a su debido tiempo.
Oración:
Señor, aún cuando en las dificultades piense que mi avance se ha frenado, permíteme recordar, que en Tus tiempos, se cumplirá la promesa y recibiré la cosecha que merezca conforme a Tu maravillosa voluntad. Dame una fe fortalecida Padre, de forma que no desmaye sino que confíe plenamente en Ti, en cualquier situación. Amén
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Romanos:
Gálatas 5 termina centrándose en lo que significa ser guiado por el Espíritu de Dios. Gálatas 6 comienza describiendo cómo los cristianos guiados por el Espíritu se sirven unos a otros restaurando a los que están atrapados en el pecado y soportando las cargas de los demás. Sólo los que plantan el Espíritu de Dios en esta vida, mediante la fe en Cristo, cosecharán la vida eterna. Pablo concluye la carta escribiendo en letras grandes que la circuncisión no importa, sólo importa ser una nueva creación por la fe en Cristo.
Referencias cruzadas por término – Gálatas 6:9:
No nos cansemos, pues, de hacer bien:
Hebreos 12:3 – Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
Santiago 5:7 – Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.
Apocalipsis 2:3 – y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Mateo 10:22 – Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Lucas 18:1 – También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
Mateo 24:13 – Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.
Apocalipsis 2:26-29 – Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
Porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos:
Deuteronomio 11:14 – yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.
Salmos 145:15 – Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su tiempo.
Efesios 3:13 – por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria.
Malaquías 1:13 – Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.
Sofonías 3:16 – En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos.
Hebreos 12:5 – y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;