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(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
Palabra:
Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él. (Salmos 34:8)
Una y otra vez descubrimos formas maravillosas en que el Señor libra a sus siervos de sus aflicciones y los salva de las manos de sus enemigos. Por esta razón, el gran canto de alegría y regocijo del salmista resonó con las palabras: «Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él».
Este llamamiento a los hombres para que confíen en el Señor, para que prueben su fidelidad y vean que el Señor es bueno y bondadoso, se sitúa en el centro de un salmo que comienza bendiciendo al Señor en todo momento y alabándolo continuamente. Es una llamada de trompeta para que los hombres glorifiquen el nombre del Señor y lo eleven en una sinfonía de adoración y alabanza, porque sólo Él es digno de nuestro honor.
A David se le atribuyen estas hermosas palabras, y la razón de su exultante alabanza es que buscó al Señor… y Dios respondió a su oración. El Señor liberó a su siervo de todos sus temores. Aunque David había sido ungido como rey de Israel, estaba huyendo de Saúl, que se había puesto celoso del ungido de Dios, y en su intento de escapar de un enemigo acérrimo, David huyó a los brazos de otro adversario mortal: ¡el rey de los filisteos!
David había confiado en el Señor desde su juventud y, aunque no estaba exento de tribulaciones y pruebas, sabía que el Señor le sacaría de cualquier dificultad y peligro. Puede que Dios no impida los problemas y el dolor de la vida, pero sabe cómo rescatar a los justos del maligno y nos recuerda que «el Ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y rescata a los que son suyos».
David era un hombre según el corazón de Dios, que reconocía la mano sustentadora del Señor en su propia vida y le daba honor y alabanza en todo momento. Y al igual que David, haríamos bien en escondernos bajo la sombra del brazo protector de Dios, en buscarle en medio de nuestras pruebas y tribulaciones, y en clamar al Señor por la liberación de los enemigos en cuyo camino nos encontramos, para que también nosotros podamos regocijarnos con gran alegría y animar a los demás a gustar, y ver que es bueno Jehová; y lo dichoso que es el hombre que confía en él.
Oración:
Padre Celestial, gracias por Tu Palabra y la sabiduría que contiene. Gracias porque he probado de Tu gracia salvadora y soy eternamente bendecido, al tener como mi roca y refugio en tiempo de angustia, porque eres bondadoso y misericordioso. Que te busque en todas las dificultades y peligros de la vida a los que me enfrente, y reconozca tu mano guiadora de gracia y protección, sabiendo que todos los que confían en ti nunca serán avergonzados. Gracias porque Tú eres mi refugio y mi fuerza y mi ayuda siempre presente en los momentos difíciles. Amén
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Salmos 34:
David compuso este salmo después de escapar de los filisteos en Gat. Lo consiguió fingiendo locura y refugiándose después en la cueva de Adullum. Esta experiencia se recoge en 1 Samuel 21:10-22:1. Al igual que el Salmo 25, se trata de un salmo acróstico. Cada verso, excepto el último, comienza con una letra sucesiva del alfabeto hebreo. En Primera de Pedro 2:3 se alude al octavo verso del salmo, y en Primera de Pedro 3:10-12 se citan los versos 12-16 del Salmo 34. Juan 19:36 hace referencia al Salmo 34:20.
Referencias cruzadas por término – Salmos 34:8:
Gustad, y ved que es bueno Jehová:
Lucas 18:19 – Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo Dios.
Salmos 119:68 – Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.
Salmos 143:10 – Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
1 Timoteo 4:4 – Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias;
Salmos 145:9 – Bueno es Jehová para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras.
Dichoso el hombre que confía en él:
Salmos 63:5 – Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,
Salmos 84:12 – Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.
Cantares 5:1 – Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.
Cantares 2:3 – Como el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su fruto fue dulce a mi paladar.
Salmos 52:1 – ¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es continua.
Salmos 25:7-8 – De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová. Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.