Señor, hoy quiero darte las gracias por esta nueva mañana en la que me permites despertar lleno de vida y ver salir el sol de nuevo, demostrándome con ello, el inmenso amor que viene de Ti; ese amor que noto en la belleza de Tu creación, en el azul del cielo, el trinar de las aves y en el color y la hermosura de todo aquello que me rodea y que has dispuesto con Tu mano misericordiosa para el disfrute de todos tus hijos.
También quiero agradecerte Padre, porque Tu bondad es más grande de lo que puedo imaginar; cada día me bendices con pequeñas y grandes cosas, aún cuando muchas veces no las merezco, por ser imperfecto o por fallarte. Sin embargo Tu amor va más allá de mis errores y me llama nuevamente a que siga Tu camino y lo honre en cada paso que dé. Por eso Te pido Señor, que me ayudes a mantenerme en Tus sendas y que de ellas no me desvíe, para devolverte ese inmenso amor con el que me bendices y para poder ser digno de Tus maravillosas y eternas promesas.
Y es que es hermoso vivir cada día en medio de la paz y de la certeza que solo se encuentra bajo Tu gloriosa compañía. Por eso quiero entregarte mi corazón Señor, para que Tú habites siempre en Él y me des: la sabiduría para tomar buenas decisiones, la fortaleza para no caer ante las dificultades que encuentre en el camino y la bondad para actuar con nobleza, concordia y comunión con mis hermanos, siendo un instrumento al servicio de Tu obra.
Finalmente, Padre, en esta oración quiero clamar porque Tu luz sea siempre rodeando mi vida, la de mis seres queridos y la de todos aquellos que te invoquen. Por favor se el bello faro que me guíe en cada una de las cosas que hoy emprenda y mantenme a salvo del peligro, de las envidias injustificadas, del mal del enemigo que está siempre al asecho y permíteme vivir siempre en el regocijo y bienestar de Tu protección.
Hoy pongo nuevamente mi día en Tus manos, esperando que sea hecha Tu voluntad en el. Todo ello te lo pido En El Nombre de Jesús, Amén.