Señor, en este nuevo amanecer oro a Ti pidiéndote la esperanza y la fe para comenzar todos los días de mi vida con la fortaleza y con la certeza de que tu poder y misericordia vienen sobre mí, y que podré recibir con gozo y gratitud esa bendición confiando plenamente en tu inmensa bondad que nunca me abandona y que me protege cuando la tristeza y la angustia quieren envolverme en el desaliento y la desesperanza.
Tú que sanas los corazones afligidos y las heridas, sin importar cuán profundas sean, sáname Señor, y libera de mi mente, de mi memoria, de mi alma y de mi corazón todos los miedos que me encadenan, me paralizan y me impiden accionar, para emprender el plan de bien que has destindado para mí y que quieres que yo cumpla para honrarte y glorificarte.
Llena mi ser con Tu paz que sobrepasa todo entendimiento Señor, y concédeme la fuerza para sentir la seguridad de caminar junto a Ti, porque sé que de esa fuerza obtendré también la calma y la tranquilidad para mantenerme firme cuando la adversidad toque a mi puerta, pues sabre que como el Pastor que toma cuenta de su rebaño, estarás tu búscandome para protegerme y hacerme volver a la seguridad y sosiego de tu gloriosa presencia.
Y finalmente Padre, en este día, colocaré todas mis cargas en tus manos, para que me ayudes a llevarlas, pues sé que con tu ayuda todo problema tiene solución, toda puerta puede ser abierta y todo imposible puede ser alcanzado.
Que hoy camine por esta hermosa promesa en la paz de saber que se cumplirá tu voluntad, y será ella, siempre para nuestro bien.
Todo ello te lo pido, Señor, En El Nombre de Jesús, Amén.