Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. (Salmos 37:3-5)
Cuando Dios coloca un deseo en tu corazón, que luego siembra como propósito para tu vida, nada puede deternerlo: las puertas que se creían cerradas se abren, en los caminos sin salida hallas un sendero y brilla la luz donde antes permanecía la oscuridad. Y es que cuando Dios ha definido una bendición para Ti, las derrotas no podrán detenerte y las malas intenciones no te impedirán avanzar, porque es Su Voluntad y no aquello que te rodea, lo que determina Tu destino.