Todo te saldrá bien

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien. (Josué 1:8)

El creyente que adquiere sabiduría ha entendido que todo éxito en los objetivos que emprenda en su vida, dependerá de cuanto de su vida se cimenta en la Palabra de Dios. Sin embargo ante está afirmación cabe la pregunta: ¿ Cómo logramos una vida fundada en las enseñanzas de las escrituras? pues, es necesario pensar y meditar en ella hasta que se convierta en lo que podríamos llamar “una segunda naturaleza”. Es importante prestarle atención y obedecerla con tal nivel de constancia, que ésta empieza a guiar tus acciones aun cuando no estás pensando conscientemente en lo que dice.

Cuando empecé a pilotar aviones, aprendí a hacerlo estudiando el manual una y otra vez. En mi mente visualizaba todo lo que podría ocurrir en ese avión. Pensaba y meditaba constantemente en lo que debía hacer, y así fue como aprendí a pilotar.

Y es exactamente eso lo que empecé a hacer con la Palabra de Dios. Meditaba en ella de día y de noche. Al poco tiempo, empecé a emocionarme acerca de lo que estaba leyendo.

Solía sentarme en mi casa y pensaba en cómo podía aplicar la Palabra en diferentes situaciones. La Palabra se convirtió en «mi segunda naturaleza».

Practica meditar la Palabra de esa manera. Deja que llegue a ser parte de tu vida. Mírate obedeciéndola en toda situación, porque entonces, «todo te saldrá bien».

Oración diaria: Señor, que cada uno de los pasos que emprenda sean cimentados en las enseñanzas de Tu palabra. Dame la sabiduría para estudiarla y entenderla de manera que sea ella ,y no mi voluntad, la que me lleve a los planes que tienes para mi vida.

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen del capítulo Josué 1:8:

La orden de Dios a Josué fue breve y directa: debía tomar la tierra de Canaán. (La región en la que se encontraba Canaán estaba ocupada por varios pueblos tribales, los más importantes de los cuales eran los hititas y los amorreos). Israel no ganaría la tierra sin luchar, pero el pueblo tenía la seguridad de Dios de que allí donde avanzara, tomaría posesión (1:1-5). Como líder del pueblo, Josué tenía la seguridad de la presencia de Dios, pero seguía necesitando valor personal y sabiduría. Éstas serían también suyas al dedicarse a la tarea de comprender y obedecer la ley de Dios (1:6-9).

Josué ordenó entonces a sus oficiales que prepararan al pueblo para partir en pocos días (1:10-11). Las dos tribus y media que pidieron y recibieron su herencia en el lado oriental del río Jordán no olvidaron la promesa hecha anteriormente a Moisés. Estaban dispuestos a cruzar el Jordán y ayudar a sus compatriotas israelitas a conquistar la zona occidental. Después, regresarían y se establecerían para disfrutar de su propia herencia (1:12-18; cf. Números 32:1-33).

Referencias cruzadas por versículo
Josué 1:8

Deuteronomio 33:9 – Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto; Y no reconoció a sus hermanos, Ni a sus hijos conoció; Pues ellos guardaron tus palabras, Y cumplieron tu pacto.

Mateo 10:37 – El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí;

Juan 12:25 – El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

Filipenses 3:8 – Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

Apocalipsis 12:11 – Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.

Malaquías 1:2-3 – Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto.

Deuteronomio 21:15 – Si un hombre tuviere dos mujeres, la una amada y la otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le hubieren dado hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida.

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