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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. (Mateo 7:7-8)
Muchos conocemos el versículo bíblico que nos enseña que no tenemos porque no pedimos (Santiago 4:2). Dios quiere que hagamos algo más que solo pensar en nuestras necesidades; Él quiere que le pidamos que las supla. Muchos se quejan de su vida o sus circunstancias y hasta hablan con otros sobre ellas, pero no le dicen sus necesidades al Señor.
Es fácil pensar en nuestras necesidades sin verbalizarlas. ¿Por qué insiste Dios en que pidamos? Es porque “pedir” nos lleva a una mayor conexión de nuestro corazón con Él. Por lo tanto, Él “hace que salgamos, a través de la necesidad,” de nuestra vida carente de oración al retener ciertas bendiciones hasta que pidamos, hasta que realmente le hablemos acerca de ellas. Cuando la presión que causa la falta de sus bendiciones es mayor que nuestras múltiples ocupaciones, entonces oramos más. Y en el proceso de orar, nos conectamos en una relación con Él.
El Señor conoce nuestras necesidades sin que le pidamos; sin embargo, Él espera para darnos muchas cosas hasta que se las pidamos. Jesús nos llamó a pedir y seguir pidiendo, a buscar y seguir buscando, a llamar y seguir llamando. Los verbos en griego están en un presente continuo, indicando que debemos hacerlo consistentemente y seguir haciéndolo. Pedir es importante.
Solo pida. Suena sencillo, pero muchas veces descuidamos hacerlo. En su rutina diaria, pida al Señor respuestas para las cargas en su corazón, o incluso en la más sencilla de las cosas que usted sabe que necesita su ayuda.
Oración diaria: Señor, perdóname por no siempre acudir a ti con mis necesidades. Solamente tú puedes suplirlas, y aun así, muchas veces no te busco primero. Ayúdame a hablar contigo consistentemente sobre mis necesidades y a pedirte continuamente que las suplas.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Efesios 5:
Este capítulo 7 de Mateo contiene la continuación y conclusión del Sermón de la Montaña. Es totalmente práctico, y nos muestra cómo ordenar correctamente nuestras palabras cuando se dirigen tanto al hombre como a Dios, pues el designio de la religión cristiana es hacer a los hombres buenos en todos los sentidos. Tenemos: I. Algunas reglas sobre la censura y la reprimenda (vv. 1-6). II. Consejo de orar a Dios por lo que necesitamos (vv. 7-11). III. La necesidad de tener cuidado con las palabras que nos dicen los demás (vv. 12-14). IV. Advertencia de tener cuidado con los falsos profetas (vv. 15-10). V. Conclusión de todo el sermón, mostrando la necesidad de una obediencia universal a los mandamientos de Cristo, sin la cual no se puede esperar alcanzar la felicidad (vv. 21-27). VI. La impresión que la doctrina de Cristo causó en sus oyentes (vv. 28,29).
Referencias cruzadas por término – Efesios 5:20:
Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Lucas 13:25 – Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.
Romanos 2:7 – vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
Romanos 3:11 – No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios.
Marcos 11:24 – Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.
Santiago 1:5-6 – Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 15:22-28 – Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.
Salmos 81:16 – Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría.