Bendiciones de la obediencia

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(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy) – * Ha sido agregado estudio de referencias cruzadas por palabras y términos de versículo al final del Devocional. Esperamos sea de bendición para ti.

Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye. (1 Samuel 3:10)

El Señor habló —en voz alta— al pequeño Samuel. Aunque este incidente ocurrió hace miles de años, su respuesta nos enseña hoy importantes lecciones. El niño se consideró un siervo de Dios y reveló un corazón comprometido con la obediencia. Quizá fuera la razón de que el Señor escogiera hablar a este jovencito.

Aunque el llamado de Dios es diferente a los tiempos del Antiguo Testamento, él sigue hablando a los corazones que anhelan escuchar. El Señor habla de forma poderosa a través de su Palabra, la Biblia. El Espíritu Santo también susurra la verdad a nuestros corazones. Incluso otras personas y su creación pueden revelarnos el mensaje divino.

La mayoría de las veces el Señor se comunica con corazones de siervos dispuestos a oír, corazones comprometidos con la obediencia. Este tipo de corazones confían en que los caminos de Dios son mejores, aun cuando conlleven dificultad. Desean su consejo y buscan su voz. El Señor ansía comunicarse con nosotros. ¿Está tu corazón hoy receptivo a su llamado? Esfuérzate en ser capaz de decirle con sinceridad: «¡Habla, Señor, que tu siervo escucha!».

Palabra diaria: Amado Señor, haz que pueda tener un corazón de siervo comprometido con la obediencia, para vivir por Tu Palabra y conducirme por Tus enseñanzas.. Afina mis oídos, mis ojos y mi espíritu, y abre mi corazón para percibir las múltiples formas en que quieres hablarme ¡Habla, Señor! 

Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo 1 Samuel 3:

En 1 Samuel 3, Dios nos muestra que nuestras oraciones pueden tomar un rumbo completamente diferente al que esperábamos. Ana pidió a Dios que le diera un hijo, el Señor a su vez le dio un sacerdote, un juez y un profeta. En este capítulo escucha la voz de Dios por primera vez, en un momento en que la voz del Señor no se manifestaba.

En otras palabras, Samuel es un divisor de generaciones. La generación que no escuchaba a Dios se estaba quedando atrás y la fidelidad de Ana y Samuel atrajo el amor de Dios hacia ellos.

Dios eligió a Samuel como ministro de un nuevo tiempo. Un profundo hombre de Dios, al que el Señor amaba y a través del cual hacía maravillas.

Aquí aprendemos que para hablarnos, Dios se sirve de lo que nos es familiar. Cuando oyó la voz del Señor, Samuel pensó que era Elí.

Para escuchar a Dios tenemos que estar atentos a lo que nos rodea. Dios se hace comprensible a través de lo ordinario. Cuando esperes una respuesta de Él, no mires demasiado lejos, esta atento a Tu alrededor.

Referencias cruzadas por término – 1 Samuel 3:10:
Y vino Jehová y se paró. (Nota: Esto parece implicar una apariencia visible, así como una voz audible.)

Entonces el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él respondió: Heme aquí. (Génesis 22:11)

y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! (Llamado de Dios)

Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí. (Génesis 46:2)

Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. (Éxodo 3:4)

Y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. (Hechos 22:7)

Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.

y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido. (Daniel 10:19)

Él, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. (Hechos 10:4)

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