(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy y también las referencias cruzadas del mismo para una mayor profundización en la Palabra del devocional diario)
Cuando te acuestes, no tendrás temor de pavor repentino…Porque Jehová será tu confianza, Y él preservará tu pie de quedar preso. (Proverbios 3:24-26)
David tenía la confianza de que el Señor estaba siempre a su mano derecha (Sal 16.8). Sus salmos revelan que, al examinar su vida, veía la huella de Dios en toda ella. Como David, debemos preparar nuestros ojos espirituales para percibir la evidencia de la presencia de nuestro Padre celestial.
Ver a Dios con ojos espirituales no es verlo de vez en cuando; es un estilo de vida. En el Sermón del Monte, Jesús dijo: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5.8). Quienes andan delante del Señor con una conciencia limpia controlarán sus pensamientos pecaminosos, sus hábitos, sus actitudes y sus palabras. Echan fuera el pecado, y viven rectamente. Esos creyentes tienen una claridad espiritual que agudiza su conciencia de la presencia de Dios y de su participación en sus vidas.
Hace varios años desarrollé un hábito que me ha ayudado a enfocarme en Dios. Cuando me acuesto, hablo con el Señor antes de dormirme, y trato de buscar evidencias de la actividad de Él en mi vida. ¿Cómo guió Él cierta decisión? ¿Cuál fue su respuesta a algún problema? ¿Cómo me protegió en alguna situación? El ver la actividad de Dios por segunda vez (incluso cuando la experiencia inicial fue difícil), graba más profundamente en mi corazón la realidad de su amor.
La evidencia del gran poder de Dios está en toda nuestra vida. Ver al mundo con ojos espirituales bien abiertos cambia nuestra perspectiva. En vez de decir: “No puedo”, diga: “Puedo, porque el Señor me da poder”. Viva confiado en nuestro amoroso y omnipotente Dios, quien mora en usted.
Oración diaria: Señor, permíteme escucharte y encontrarte en cada una de las obras que ejecutas en mi vida, a través de Tu guía, de tu protección o de cualquiera de Tus respuestas. Asi podré vivir confiado sabiendo que me acompañas en cada paso que doy.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Proverbios 3:
Proverbios 3 se encuentra en la segunda sección del libro, en los capítulos 1-9. El autor, el rey Salomón, reinó sobre Israel entre los años 971 y 931 a.C. La primera sección de Proverbios, el prefacio, se encuentra en Proverbios 1:1-7. La tercera sección, los capítulos 10-22, también fueron escritos por Salomón. Es probable que estos proverbios los escribiera Salomón en su madurez, mientras que probablemente escribió el Cantar de los Cantares en su adultez temprana, y el Eclesiastés cerca del final de su vida. Como en los dos primeros capítulos, en Proverbios 3 se hace hincapié en la sabiduría.
Referencias cruzadas Proverbios 3:24-26:
Salmos 127:2 – Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.
Jeremías 31:26 – En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable.
Ezequiel 34:15 – Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor.
Salmos 3:5 – Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me sustentaba.
Salmos 27:1-2 – Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Job 5:21-22 – Del azote de la lengua serás encubierto; No temerás la destrucción cuando viniere. De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las fieras del campo;
Isaías 8:12-13 – No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.
Daniel 3:17-18 – He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
Salmos 91:9-10 – Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.