(Lee al final el estudio contextual del versículo de hoy y también las referencias cruzadas del mismo para una mayor profundización en la Palabra del devocional diario)
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. (Salmos 139:13)
Cuando Dios vio al mundo que había hecho, lo llamó bueno. Hacer al ser humano —al hombre y a la mujer— a su imagen fue la culminación de su obra creadora (Gn 1.27). Salmo 139 nos recuerda que somos una creación formidable y maravillosa.
El Señor ha dado a cada uno de sus hijos un gran potencial para el servicio en su reino. Sin embargo, algunos tenemos serias dudas de que esto sea verdad. Cuando nos comparamos con otras personas, damos a conocer las cosas que no tenemos. A veces, nos criticamos a nosotros mismos por los errores que hemos cometido. ¿Cómo podemos tener un potencial maravilloso cuando vemos tantas de nuestras deficiencias?
Cuando Moisés se criaba en la casa de Faraón, parecía tener muchas ventajas. Luego mató a un egipcio y huyó del país. Ya no parecía ser un buen candidato para sacar a los israelitas de Egipto. Pero Dios miró más allá de lo que Moisés había hecho, y vio lo que él podía llegar a ser.
Antes de ser salvo, el apóstol Pablo se opuso con vehemencia a los creyentes en Jesús. Pero, por la misericordia de Dios, se convirtió en un gran evangelista y autor de varios libros del Nuevo Testamento. Pedro era un simple pescador que negó, no uno sino tres veces, conocer a Jesús. Sin embargo, el Señor lo eligió para ser el líder de la iglesia de Jerusalén.
Dios ve más allá de nuestras imperfecciones el potencial que tenemos en Cristo. Porque fuimos hechos a su imagen y su Espíritu habita en nosotros, tenemos una capacidad para la transformación espiritual y el servicio, más grande de lo que podemos imaginar.
Oración diaria: Señor, que todo el potencial que has puesto en mis manos, pueda utilizarlo para glorificarte sirviendo a Tu reino. Disipa mis dudas cuando piense que no puedo lograrlo y ayúdame a creer siempre en mis capacidades.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Resumen de Capitulo Salmos 139:
El Salmo 139 está organizado en cuatro partes que destacan centralmente ciertos atributos de Dios.
En la primera parte, el salmista habla de la omnisciencia de Dios (Salmo 139:1-6).
En la segunda parte, el salmista habla de la omnipresencia de Dios (Salmo 139:7-12).
En la tercera parte, el salmista habla de la omnipotencia de Dios (Salmo 139:13-18).
En la cuarta parte, el salmista habla de la santidad de Dios y destaca el resultado práctico y vivencial que este atributo moral de Dios produce en su vida.
La omnisciencia, la omnipresencia y la omnipotencia son atributos incomunicables. Esto significa que sólo Dios los posee. La santidad, en cambio, es un atributo comunicable. Dios comparte esta santidad con nosotros y, por tanto, exige que seamos santos. Dice: «Sed santos, porque yo soy santo» (Levítico 19:2).
El Salmo 139 conlleva un mensaje de responsabilidad para el pecador, pues revela la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Pero, al mismo tiempo, también conlleva un mensaje sumamente reconfortante al revelar que el Dios soberano gobierna todas las cosas según su infinita sabiduría, santidad y justicia. Aunque el Salmo 139 habla de un Dios soberano y trascendente, también habla de un Dios íntimamente personal e inmanente.
Referencias cruzadas Salmos 139:13
Jeremías 1:5 – Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Isaías 44:2 – Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.
Job 10:9-12 – Acuérdate que como a barro me diste forma; ¿Y en polvo me has de volver? ¿No me vaciaste como leche, Y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne, Y me tejiste con huesos y nervios. Vida y misericordia me concediste, Y tu cuidado guardó mi espíritu.
Salmos 71:6 – En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza.