Oración al despertar.
Romanos 15:5. Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús.
Señor, en este nuevo amanecer que me regalas, encuentro la esperanza de saber que me acompañas y que extiendes Tu presencia y dispones Tu mano a todos en mi hogar, a mi familia, a mis amigos y mas aún a aquellos que no encuentran consuelo ni alivio a sus angustias, pues eres un Padre amoroso y misericordioso que no desampara ni deja caído al justo.
Padre, Tu sabes lo que vivo, aquellas preocupaciones que maltratan mi mente y mi corazón, los pensamientos que me roban la paz, los anhelos del pasado que todavía me pesan y la incertidumbre de aquellos objetivos que todavía no he podido alcanzar, por ello Te pido Señor, que me enseñes a dejar en Ti todas esas cargas, sabiendo que Tu tomarás cuenta de ellas y que lo más importante es poner todo de mi en Tus cosas, pues de la provisión y de las angustias del mundo Tu te encargarás con Tu mano poderosa que no falla y que sabe lo que es mejor para cada uno de sus hijos.
Finalmente Padre, dejo este día en Tus manos, y me pongo a Tu servicio, dispuesto a ir dondequiera que Te sea yo útil, a hacer aquello en lo que pueda glorificarte más y a enfrentar lo que desees que enfrente, para Tu gloria, sin desmayar. Sólo dame la gracia Señor, de Tu compañía para ser fuerte y perseverar. Todo lo demás está en Tus poderosas manos. Gracias Dios mío.
En El Nombre de Jesús, Amén.