Contenido
(Lee al final el estudio contextual resumido de este devocional. Esperamos sea de bendición)
«Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre» (Lucas 21:34-36)
Sentirnos de alguna manera abrumados en algún momento de nuestras vidas parece ser algo normal, que a todos nos ocurre. Existen tiempos en los que nos ponemos más presión para hacer que todo, a pesar de que no parezca la mejor opción, encaje en el lugar que queremos, sólo porque es nuestra voluntad.
Podemos tener esa sensación, en los estudios, el trabajo, la iglesia, nuestras relaciones, percibiendo que de alguna forma estamos agotados, cansados, con el deseo de detener el tiempo y escapar para tomar un respiro y buscar nuevas energías para retomar ese rompecabezas que debemos armar.
Cuando esto sucede, no hay otra señal más definitiva de que la falta de paz en nuestro espíritu es la causa principal. Tal vez estamos apurándonos en tomar esa importante decisión, o estamos intentando resolver diferentes problemas con soluciones contrarias al mismo tiempo; puede ser que nuestras prioridades se hayan cruzado y ahora debamos reorganizarlas.
Para traer nuevamente paz a tu vida, necesitarás por supuesto la fe en que el Señor te guiará a sobrellevar estos obstáculos, pero Él a su vez necesitará de tu obra para llevarte a puerto seguro. Comienza por dar balance a tu vida, estableciendo importancia a los objetivos que persigues. Haz una lista de prioridades y pregúntate: ¿Qué debe quedarse? ¿Qué debe irse?
Recuerda que Dios ha venido a traernos vida y paz en abundancia, siempre y cuando hagamos los cambios en ella para colaborar con Él.
Hoy es el día para empezar.
Palabra diaria: Señor, Tu que eres Dios de paz y no de confusión ayúdame a sobrellevar todo lo que hago y lo que falta por hacer. Enséñame el camino para reconocer lo que puedo dejar para mañana y lo que no puede esperar. Confío en Ti para encontrar en mi vida, el balance que me lleve a la paz que solo Tú brindas.
Estudio Bíblico Contextual del Devocional de Hoy:
Pasaje:
Lucas 21:34-36
Tema del Capítulo – Lucas 21:
El pasaje bíblico de Lucas 21:1-4, muestra que el Señor está atento a nuestras ofrendas y a su calidad, no a su cantidad.
Jesús lo subraya dejando claro que la viuda pobre prefirió dar todo lo que tenía antes que no honrar a Dios con sus finanzas. Además, su actitud muestra que Dios ocupaba el primer lugar en su vida.
Sin duda, deberíamos seguir su ejemplo de fe y devoción.
En Lucas 21:5-38 vemos lo que muchos estudiosos consideran el Sermón Profético. En él, el Señor responde a las preguntas de los discípulos sobre cuándo sería su regreso.
Jesús habla de las señales que preceden al Gran Día de su regreso. El objetivo es que no nos engañen los usurpadores.
El sermón profético y el regreso de Jesús
Jesús comienza esta charla profetizando la destrucción del Templo, que fue construido originalmente por Salomón, destruido por Nabucodonosor y reconstruido por Herodes el Grande.
Comenzó la reforma hacia el 20 a.C. y la completó hacia el 63 d.C.
En otras palabras, fue algo reciente.
Y sin embargo, Jesús decía que sería destruido de nuevo.
Es muy importante darse cuenta de que la relación con Jesús apunta nuestra visión a la eternidad, y que todo lo terrenal se desmoronará tarde o temprano.
El Maestro comienza aquí su discurso, para frenar el encantamiento de los discípulos con el Templo terrenal, algo que enorgullecía a todo judío.
Lo hace porque nuestra verdadera morada está en el cielo, ante el trono de Dios.
La respuesta de Jesús
Para responder a los discípulos, Jesús enumera algunos signos que se harán más evidentes al final:
Guerras;
Rebeliones;
Nación contra nación;
Reino contra reino;
Grandes terremotos;
Hambres
Plagas;
Acontecimientos terribles
Grandes señales del cielo
Persecución de cristianos;
Estas son algunas de las cosas que se intensificarán a medida que se acerque el final.
Por eso es muy importante que estemos atentos al texto sagrado para que no nos sorprenda la inminencia del regreso de nuestro Salvador.
Además, como subraya el Señor en Lucas 21.9: «el fin no será inmediatamente».
Es decir, no podemos bajar la guardia. Tenemos que estar alerta.
Desgraciadamente, nuestra generación no presta atención a las señales, y muchos de nosotros vivimos como los malvados: sin esperanza, como si no existiera Dios.
«Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.»
A pesar de las dificultades de los últimos días, el Señor Jesús refuerza el cuidado de Dios Padre por sus hijos.
Incluso con todas las privaciones, persecuciones y adversidades, los que confían en el Señor permanecerán firmes.
Esto no significa que nos salvaremos, sino que aunque nuestra vida terrenal sea arrebatada en medio del caos de los últimos días, podemos descansar en Cristo porque nos espera la eternidad.
Ese es el objetivo de Jesús.
Levantar la mirada más allá de las montañas. Por encima de los problemas, las tribulaciones y las adversidades. Contemplar la grandeza de nuestro Dios.
Comentario Bíblico Lucas 21:34-36:
Cristo dice a sus discípulos que observen las señales de los tiempos para que juzguen por ellos. Les encarga que consideren cercana la ruina de la nación judía. Sin embargo, esta raza y familia de Abraham no será desarraigada; sobrevivirá como nación y será hallada según fue profetizado, cuando sea revelado el Hijo del Hombre. Les advierte contra estar confiados en su sensualidad. Este mandamiento es dado a todos los discípulos de Cristo. Cuidaos de no ser abrumados por las tentaciones ni traicionados por vuestras propias corrupciones. No podemos estar a salvo si estamos carnalmente seguros. Nuestro peligro es que nos sobrevenga el día de la muerte y el juicio cuando no estemos preparados. No sea que cuando seamos llamados a encontrarnos con nuestro Señor, lo que debiera estar más cerca de nuestros corazones sea lo que esté más lejos de nuestros pensamientos. Pues así será para la mayoría de los hombres que habitan la tierra y que únicamente piensan las cosas terrenales y no tienen comunicación con el cielo. Será terror y destrucción para ellos. Aquí véase la que debiera ser nuestra mira para ser tenidos por dignos de escapar de todas esas cosas; para que cuando los juicios de Dios estén por todos lados, nosotros no estemos en la calamidad común, o que no sea para nosotros lo que es para los demás. ¿Se pregunta cómo puede ser hallado digno de comparecer ante Cristo en aquel día? Los que nunca han buscado a Cristo, que ahora vayan a Él; los que nunca se han humillado por sus pecados, que empiecen ahora; los que ya han empezado, que sigan y se conserven humildes. Por tanto, vela y ora siempre. Sé alerta contra el pecado; alerta en todo deber, y aprovecha al máximo toda oportunidad de hacer el bien. Ora siempre: serán tenidos por dignos de vivir una vida de alabanza en el otro mundo los que viven una vida de oración en este mundo. Empecemos, empleemos y concluyamos cada día atendiendo a la palabra de Cristo, obedeciendo sus preceptos, y siguiendo su ejemplo, para que cuando Él llegue nosotros seamos hallados velando.
Referencias Cruzadas:
Lucas 12:45-46 – Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles.
Lucas 12:40 – Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
Mateo 13:22 – El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Oseas 4:11 – Fornicación, vino y mosto quitan el juicio.
Apocalipsis 3:3 – Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
Salmos 35:8 – Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa, Y la red que él escondió lo prenda; Con quebrantamiento caiga en ella.
Hechos 17:26 – Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
Salmos 11:6 – Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos.
Génesis 7:4 – Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.
Eclesiastés 9:12 – Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos.
Mateo 25:13 – Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
Judas 1:24 – Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría,
Marcos 13:33 – Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
Marcos 13:37 – Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad.