Biblia Devocional en 1 Año: Job 4

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(Lee al final el estudio un devocional de  Job 4.  Esperamos sea de bendición para ti)

Resumen

El significado de Job 4 trata de la reprimenda de Elifaz a Job. En este capítulo comienza la larga y tediosa controversia entre Job y sus tres visitantes. Su lamentación suscita las alocuciones de sus amigos. Elifaz y Bildad hablan tres veces, cada una contestada por Job. Y Zofar dos veces con las correspondientes refutaciones de Job. Job dice su última palabra, el largo discurso de los capítulos 27-31, en el que hace un resumen de lo que defendía, es decir, su propia integridad, pero el problema de su sufrimiento queda sin explicar.

La polémica es progresiva. El pensamiento que siguen los tres amigos es que todo sufrimiento es fruto de la justicia de Dios y, por tanto, punitivo. Por este principio luchan dogmáticamente. A medida que prosigue la polémica se vuelven más duros, más suspicaces y finalmente casi abusivos. Las respuestas de Job están marcadas primero por la desesperación; luego entra la esperanza. Hasta cierto punto se eleva por encima de sus sufrimientos, respondiendo a sus amigos de forma tajante. Él tiene la última palabra, pero, como ya se ha dicho, el misterio y el problema de su sufrimiento no quedan claros.

Resúmen de versículos

Job 4 presenta el primero de varios discursos de los amigos de Job que vienen a visitarle en su tiempo de sufrimiento. En este capítulo, Elifaz el temanita habla a Job e intenta explicarle por qué está sufriendo, argumentando que debe deberse a algún pecado o mala acción por su parte. El capítulo plantea importantes cuestiones sobre la naturaleza del sufrimiento y la forma en que la gente trata de entenderlo.

El discurso de Elifaz en el capítulo 4 es un ejemplo clásico de las palabras «reconfortantes» que mucha gente ofrece a los que sufren, pero que a menudo pueden ser más perjudiciales que útiles. Elifaz argumenta que Job debe haber hecho algo para merecer su sufrimiento y le insta a confesar cualquier mala acción y a buscar el perdón de Dios. Sin embargo, sus palabras demuestran una falta de empatía y comprensión hacia la profundidad del dolor de Job y la complejidad de su situación.

El capítulo también pone de relieve los peligros de las explicaciones simplistas del sufrimiento y la forma en que pueden utilizarse para justificar el maltrato a los demás. La sugerencia de Elifaz de que Job debe haber pecado para merecer su sufrimiento es una creencia común que tiene mucha gente, pero ignora la realidad de que a la gente buena le pueden pasar cosas malas sin motivo aparente. Esto plantea importantes cuestiones sobre la naturaleza de la justicia divina y la forma en que las personas intentan comprender el mundo que les rodea.

En resumen, Job 4 es una exploración que invita a la reflexión sobre la naturaleza del sufrimiento y las formas en que la gente intenta comprenderlo. El discurso de Elifaz pone de relieve los peligros de las explicaciones simplistas del sufrimiento y demuestra la importancia de la empatía y la comprensión a la hora de ofrecer consuelo a los que sufren. El capítulo plantea importantes cuestiones sobre la naturaleza de la justicia divina y las formas en que la gente intenta conciliar su fe con las difíciles realidades del mundo.
Comentario sobre Job 4

4.1 Puesto que Elifaz el temanita fue el primero en hablar, debió de ser el más anciano y, por tanto, presumiblemente el más sabio de los tres. Elifaz fue un poco más cortés con Job que sus otros dos amigos. Pero sus observaciones eran sesgadas. Creía, con gran convicción, que Dios nunca castigaría a un justo y dejaría de castigar al pecador. Por esta razón, concluyó que si Job estaba sufriendo, debía ser porque estaba en pecado (Job 22.4-11,21-30).

4.2-6 Aunque Elifaz parece sorprendido por la respuesta de Job (cap. 3), sus comentarios iniciales son elogiosos y corteses. El tenor de los versículos 7-11 sugiere que el versículo 6 probablemente contiene al menos una pequeña represalia.

4.5, 6 La expresión te enfadas es la traducción de un solo término del hebreo original y repite la misma raíz que la palabra que se encuentra en la oración te enfadás del versículo 2. Esta repetición indica que Elifaz ya había advertido la aparente contradicción entre el «Job paciente» del prólogo y el «Job impaciente» del diálogo.

4.7-9 Elifaz, mediante dos preguntas retóricas, pone de relieve la ley de la retribución -[que se basa en premisas como: «sólo si soy fiel a Dios, Él me será fiel»; «si hago esto por Dios, Él hará aquello por mí» ]. Apoya su creencia apelando a su experiencia y a la ley de la siembra, según la cual se cosecha lo que se siembra. Como la palabra mal (v. 8) es la misma que emplea Job para describir su propia situación como llena de cansancio 063.10) y su estado miserable Job 3.20). La postura de Elifaz implica que está equiparando a Job con los malvados que aran iniquidad.

4.10, 11 Al lector puede parecerle que Elifaz ha añadido de repente imágenes del castigo divino sobre los animales. Pero probablemente se trate de proverbios con doble sentido. Elifaz puede haber insinuado que los gemidos de Job (Qo 3.24) pueden compararse con el rugido del viejo león, símbolo de los hombres feroces cuyos pecados se pagaban ahora con sufrimiento.

4.12-18 Elifaz apela a una visión para autentificar su teología. Afirma que sus oídos percibieron un susurro, con el mensaje de que el hombre no puede ser más justo que Dios, dando a entender que Job no era justo. Esto contrasta con el elogio sin reservas que el Señor hace de Job en el prólogo (Job 1.1,8; 2.3).

4.19, 20 La descripción de la gente como moradores de casas de barro con cimientos de polvo subraya la mortalidad y fragilidad de la existencia humana. Como sus moradas temporales, las personas pueden perecer sin que nadie se dé cuenta. En otro lugar, Job emplea las mismas dos palabras hebreas [polvo y barro] para describir la fragilidad del cuerpo humano. Puesto que el cuerpo fue moldeado con arcilla, Dios, el alfarero que le dio forma, puede reducirlo fácilmente a polvo (Job 10.8,9; 33.6).

4.21 La expresión hebrea para la frase su excelencia puede significar el cordaje de una tienda. Así, el texto da a entender que la existencia de la humanidad es tan precaria como una tienda en medio de la tormenta.

Devocional:

He aquí, tú enseñabas a muchos, Y fortalecías las manos débiles. (Job 4:3)

A pesar de reconocer la vida íntegra de Job y su voluntad de ayudar al prójimo, Elifaz se sintió indignado por el discurso de su sufrido amigo. Las lamentaciones de Job y su desesperada necesidad de descanso y alivio sonaron a oídos de Elifaz y sus compañeros como palabras ofensivas y egoístas. Ciertamente, Elifaz fue el primero en hablar porque era el de más edad y su experiencia le hizo juzgar la situación de Job como consecuencia de algún pecado.

El propio Elifaz confirmó la conocida bondad de Job. Su vida regida por la fe, la esperanza y el amor se extendió siempre como una poderosa influencia en la vida de los demás, especialmente, en la de aquellos que más lo necesitaban. Job era un hombre que marcaba la diferencia allá donde iba y no hacía acepción de personas. Con los ojos de su corazón se compadecía del sufrimiento ajeno y buscaba en Dios la mejor manera de ser útil en la labor de ayudar a sus semejantes.

Su terrible estado era inexplicable. ¿Cómo podía un hombre tan íntegro en sus propósitos estar pasando por todo aquello? El ser humano está sediento de respuestas y, ante un cuadro tan aterrador, Elifaz llegó a la conclusión de que la vida de Job no era tan recta como parecía. Y describiendo su visión nocturna como una experiencia espiritual y sobrenatural, confirmó su pensamiento como un mensaje de Dios a Job. Pero lo cierto es que aquella visión no fue obra del Señor, sino de aquel que es «el acusador de nuestros hermanos» (Ap.12:10).

Así como el caso de Job era una incógnita ante todos los que, con horror, contemplaban su sufrimiento, Satanás ha actuado con ira aún peor en nuestros días. El acusador y enemigo de los hombres ha afligido al pueblo de Dios de forma desleal y cruel, pero sus planes se ven frustrados en cada intento, ya que es el verdugo del cuerpo pero no tiene poder para «matar el alma» (Mt.10:28). Aunque muchas de las palabras de Elifaz tienen sentido y están basadas en la Biblia, su juicio las ha convertido en instrumentos de condena. Debemos tener mucho cuidado con el uso que hacemos de las palabras, «porque», como dijo Jesús, «por sus palabras seréis justificados, y por sus palabras seréis condenados» (Mt.12:37).

Hermanos míos, necesitamos entregar los propósitos de nuestro corazón al Señor. Es el trabajo de toda una vida depender de Dios y buscar en su Palabra la sabiduría para vivir una vida de integridad y fidelidad aunque, a los ojos humanos, nuestra condición sea vejatoria. Job estuvo expuesto a opiniones crueles y bajo la mirada crítica de aquellos a los que había ayudado. Jesús fue rechazado por los suyos y condenado por quienes habían sido testigos de su amor y su servicio desinteresado. No podemos esperar una vida menos problemática, ya que estamos tan cerca del «día de angustia como nunca lo hubo» (Dan.12:1).

Ante un mundo en cuenta atrás, que nuestra vida adore al Señor aunque nos asalten las pruebas. Que nuestro índice se vuelva en nuestra propia dirección, clamando a Dios para que nos transforme de dentro a fuera. Que la mayor experiencia sobrenatural de nuestra vida sea la obra buena y cotidiana del Espíritu Santo que nos reaviva y santifica. ¡Estemos atentos y oremos!

Buenos días, ¡transformados por el Espíritu Santo!

Oración:

Padre, te doy gracias por las revelaciones que nos transmites a través de los sufrimientos de Job. Ayúdame a considerar mis propios sufrimientos a la luz de la verdades que nos muestras por medio de este libro, y concédeme, Padre, la fuerza para soportar en medio de la presión. En El Nombre de Jesús, Amén