(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 85. Esperamos sea de bendición para ti)
Salmo 85 – El Anhelo por la Casa de Dios
Contexto Histórico:
El Salmo 85 es un salmo de oración atribuido a los Hijos de Coré. Aunque no proporciona detalles históricos concretos, refleja una época de restauración y reconciliación para el pueblo de Israel. Se cree que fue escrito durante o después del periodo postexílico, cuando los israelitas regresaban del cautiverio babilónico.
El salmo comienza con expresiones del favor y la restauración de Dios, reconociendo Su perdón pasado y la restauración de la fortuna de Su pueblo. Refleja un anhelo del renovado favor de Dios y de la restauración de la tierra. El salmista implora la misericordia de Dios y pide Su salvación y renacimiento.
El trasfondo histórico de este salmo puede ser el periodo en que los israelitas estaban reconstruyendo el templo y la ciudad de Jerusalén tras su regreso del exilio. Recoge el anhelo espiritual y la esperanza del pueblo mientras buscaban la intervención y la bendición de Dios en sus renovados esfuerzos por reconstruir sus vidas y su relación con Él.
En general, el Salmo 85 transmite un mensaje de esperanza, buscando la misericordia, el perdón y la restauración de Dios durante una época de reconstrucción nacional y espiritual. Sirve como recordatorio de la confianza de los israelitas en la gracia de Dios y del deseo de Su presencia y favor en sus vidas.
Resumen del Salmo 85:
El Salmo 85 comienza con un reconocimiento de la restauración y el favor de Dios:
«Jehová, has sido propicio a tu tierra;
Has hecho volver la cautividad de Jacob.»
El salmista refleja sobre el perdón de Dios y su retiro de la ira que había pesado sobre Israel:
«Perdonaste la iniquidad de tu pueblo;
Cubriste todos sus pecados.
Reprimiste todo tu enojo;
Te apartaste del ardor de tu ira.»
En los versículos 8-9, se destaca la disposición de Dios a guiar a Israel por el camino de la justicia y la paz:
«Escucharé lo que hablará Jehová Dios;
Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
Para que no se vuelvan a la locura.»
El salmista anhela escuchar la palabra de Dios y seguir sus caminos de justicia y verdad. Se reconoce la importancia de la misericordia y la verdad que se encuentran en Dios:
«Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen,
Para que habite la gloria en nuestra tierra.
La misericordia y la verdad se encontraron;
La justicia y la paz se besaron.»
El salmo concluye con una visión esperanzadora de prosperidad y bendición para aquellos que buscan la justicia y la verdad:
«La verdad brotará de la tierra,
Y la justicia mirará desde los cielos.
Jehová dará también el bien,
Y nuestra tierra dará su fruto.»
Resumen General:
El Salmo 85 es un canto de agradecimiento y esperanza en la restauración y la bondad de Dios. El salmo refleja la creencia en el perdón divino y la disposición de Dios para guiar a Israel por el camino de la justicia y la paz. Se destaca la importancia de la misericordia y la verdad que se encuentran en Dios y cómo estas cualidades se entrelazan en su carácter.
El salmo concluye con una visión de prosperidad y bendición para aquellos que buscan la justicia y la verdad. El Salmo 85 es un recordatorio de la capacidad de Dios para perdonar, guiar y bendecir a su pueblo, y un llamado a seguir sus caminos de justicia y verdad.
Devocional:
¿No volverás a darnos vida, Para que tu pueblo se regocije en ti? (Salmos 85:6)
El Salmos de hoy expresa la sentida súplica del salmista por un avivamiento, reconociendo la necesidad de un despertar espiritual en el pueblo de Dios. Refleja un anhelo de intervención de Dios, de restauración y de renovación de la alegría en Su presencia.
El avivamiento es algo más que una experiencia emocional momentánea. Es una obra profunda y transformadora del Espíritu Santo que trae consigo el despertar espiritual, la restauración y una pasión renovada por Él. Es un momento en el que la presencia de Dios se hace tangible, y Su verdad y Su amor impregnan nuestros corazones, conduciendo a un renacimiento de la fe, la alegría y el compromiso con servirle a Él fielmente.
En nuestras vidas, podemos encontrarnos con épocas de aridez o cansancio espiritual, en las que nuestra pasión por Dios se desvanece y nuestra alegría disminuye. Es en esos momentos cuando podemos dirigirnos a Dios, como hizo el salmista, y pedirle fervientemente que reavive en nosotros nuestra fe. El avivamiento comienza con un humilde reconocimiento de nuestra necesidad del toque renovador de Dios, buscando Su rostro y rindiéndole nuestras vidas.
Cuando Dios nos reaviva, insufla nueva vida en nuestras almas. Aviva nuestros corazones con un nuevo celo por Sus propósitos, reaviva nuestro amor por Su Palabra y restaura nuestra alegría en Su presencia. El reavivamiento trae transformación, alineando nuestros deseos y búsquedas con la voluntad de Dios, y encendiendo un profundo sentimiento de gratitud y adoración.
Buenos Días, objetos del avivamiento del Señor.
Oración:
Señor, venimos humildemente ante Ti, reconociendo nuestra necesidad de un avivamiento en nuestras vidas. Anhelamos Tu toque transformador, oh Señor, para reavivar nuestros espíritus y restaurar nuestra alegría en Ti. Derrama Tu Espíritu Santo sobre nosotros, despertando nuestros corazones a un amor más profundo por Ti y a una pasión renovada por Tu reino. Reaviva nuestra fe, renueva nuestro compromiso y haz que nos regocijemos de todo corazón en Tu presencia. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.