(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 90. Esperamos sea de bendición para ti)
Salmo 90 – La Eternidad de Dios y la Fragilidad de la Humanidad
Contexto Histórico:
El Salmo 90 es un salmo único atribuido a Moisés, el gran líder de los israelitas durante su éxodo de Egipto. El contexto histórico del Salmo 90 puede entenderse dentro de la narración más amplia del peregrinaje de los israelitas por el desierto.
Según la superinscripción, el Salmo 90 se describe como «Una oración de Moisés, el hombre de Dios». Esta atribución sugiere que Moisés compuso este salmo, probablemente durante la época en que los israelitas vagaban por el desierto tras su liberación de Egipto.
El Salmo 90 comienza reconociendo la naturaleza eterna de Dios y la naturaleza transitoria de la vida humana. El salmista reflexiona sobre las consecuencias del pecado y el juicio del Señor, haciendo referencia a las experiencias de los israelitas en el desierto. El contexto del salmo sugiere que fue escrito durante un periodo en el que los israelitas lidiaban con las consecuencias de su desobediencia, pues se enfrentaban al juicio y la disciplina divinos en forma de prolongados recorridos infructuosos y penitencias.
El Salmo 90 también destaca la súplica por la misericordia de Dios, reconociendo la dependencia del pueblo de Su amor y compasión constantes. Expresa el deseo del favor y la restauración que solo el Señor puede brindar, reconociendo la necesidad de Su intervención y guía divinas.
Merece la pena señalar que, aunque el contexto histórico del Salmo 90 tiene sus raíces en el peregrinaje de los israelitas por el desierto, los temas que explora -como la brevedad de la vida, la naturaleza eterna de Dios y la necesidad de la misericordia divina- son de aplicación universal y son una lección para los creyentes en toda la historia.
La inclusión del Salmo 90 en el libro de los Salmos atestigua su significado y relevancia duraderos. Sus temas y sentimientos sirven para recordar la condición humana, la naturaleza transitoria de la vida y la necesidad de humildad, sabiduría y dependencia de Dios en todo tiempo.
Resumen del Salmo 90:
El Salmo 90 comienza con una reflexión sobre la eternidad de Dios y la comparación con la fugacidad de la vida humana:
«Señor, tú nos has sido refugio
De generación en generación.»
El salmo destaca la brevedad de la vida humana en contraste con la eternidad de Dios:
«Tú haces que los hombres vuelvan al polvo,
Y dices: Volved, hijos de los hombres.»
El salmista reconoce la ira divina y la necesidad de vivir con sabiduría en la luz de la soberanía de Dios:
«Enseñanos de tal modo a contar nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría.»
El salmo continúa con una súplica a Dios para que tenga compasión y misericordia de su pueblo:
«Vuélvete, Jehová; ¿hasta cuándo?
Y aplácate para con tus siervos.»
El salmo concluye con una petición de bendición divina y el sentido clamor para que la obra de Dios se manifieste en la vida de su pueblo:
«Y sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros,
Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros;
Sí, la obra de nuestras manos confirma.»
Resumen General:
El Salmo 90 es una reflexión sobre la eternidad de Dios y la brevedad de la vida humana. Moisés, el autor tradicional, destaca la importancia de vivir con sabiduría y reconocer la soberanía de Dios en medio de la fragilidad humana. El salmo es una súplica al Señor para que tenga compasión de su pueblo y una petición para que Su obra divina se manifieste en sus vidas.
Este salmo nos recuerda la importancia de valorar cada día que Dios nos ha dado y de buscar su sabiduría y compasión en nuestro diario caminar por la vida. También subraya la confianza en la fidelidad y la eternidad del Señor, incluso en medio de la transitoriedad de nuestra existencia.
Devocional:
«Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.» (Salmo 90:12)
Este versículo del Salmo 90 sirve de amable recordatorio de la importancia de adoptar una perspectiva eterna en nuestro caminar junto al Señor. Nos insta a reconocer que nuestro tiempo en esta tierra es limitado, y que cada día es un regalo producto de Su gracia. Al «contar» nuestros días, reconocemos la naturaleza finita de nuestra existencia y la necesidad de hacer que cada momento cuente.
Cuando adoptamos esta perspectiva, nuestras prioridades cambian. Lo trivial y lo superficial pierden el control de nuestro corazón, mientras que lo significativo y lo eterno ocupan el centro de nuestras motivaciones. Empezamos a valorar las cosas que de verdad importan: nuestras relaciones, nuestro propósito y nuestra búsqueda del reino de Dios.
Contar nuestros días también nos impulsa a vivir con urgencia e intencionalidad. Nos damos cuenta de que no disponemos de un tiempo infinito para cumplir nuestra vocación o influir en la vida de los demás. Nos obliga a aprovechar las oportunidades que se nos presentan, a amar con generosidad, a servir de todo corazón y a invertir en lo que verdaderamente cuenta.
Pero, ¿cómo adquirimos un corazón sabio al contar cada uno de nuestros días? La respuesta está en buscar la guía de Dios y alinear nuestros corazones con Sus propósitos. Cuando estamos en comunión con Él a través de la oración y meditamos en Su Palabra, nos revela Su sabiduría. Adquirimos conocimiento de Sus planes para nuestras vidas y discernimiento para tomar decisiones que le honren.
La sabiduría también fluye del cultivo de una relación profunda e íntima con Aquel que es eterno. Cuando nos acercamos al Señor, con perseverancia y oración constantes, Su perspectiva se convierte en la nuestra. Empezamos a ver la vida a través de Sus ojos, valorando lo que Él valora y alineando nuestros deseos con Su perfecta voluntad.
Hoy, prestemos atención a la sabiduría del Salmo 90:12. Hagamos una pausa en medio de nuestro ajetreo y reflexionemos sobre la brevedad de la vida. Contemos nuestros días, adoptando una perspectiva eterna que dé forma a nuestras prioridades y alimente nuestra búsqueda de la sabiduría. Y que busquemos la guía de Dios, para que nuestros corazones se llenen de Su sabiduría y nuestras vidas se vivan de un modo que le demos a Él, en cada paso, toda la gloria:
Oración:
Padre Celestial, enséñanos a contar nuestros días, para que adquiramos un corazón sabio. Ayúdanos a adoptar una perspectiva eterna, valorando lo que verdaderamente importa y viviendo con verdadero propósito e intención. Llénanos de Tu sabiduría y guía nuestros pasos mientras buscamos honrarte en todo lo que hacemos. En el nombre de Jesús, Amén.