(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 36. Esperamos sea de bendición para ti)
Estudio bíblico sobre el Salmo 36
El Salmo 36 es una meditación sobre la bondad y la fidelidad de Dios, en contraste con la maldad y la arrogancia de quienes le rechazan. El salmo puede dividirse en cuatro partes principales:
La maldad de los impíos (versículos 1-4): El salmista describe la maldad de los que rechazan a Dios y persiguen sus propios deseos egoístas. No temen a Dios y están cegados por su propio orgullo.
La grandeza del amor y la fidelidad de Dios (versículos 5-9): El salmista contrasta la maldad de los malvados con la grandeza del amor y la fidelidad de Dios. Describe el amor inquebrantable, la rectitud y la justicia de Dios, y su provisión para los que confían en Él.
Una súplica por la protección y la guía de Dios (versículos 10-12): El salmista pide a Dios que le proteja de las conspiraciones de los malvados y le guíe por el camino de la justicia. Reconoce que depende de Dios para su salvación.
Una declaración de confianza en Dios (versículo 12): El salmo concluye con una declaración de confianza en Dios, que es la fuente de toda bondad y el defensor de los justos.
En conjunto, el Salmo 36 es una poderosa expresión del contraste entre la maldad de los impíos y la bondad y fidelidad de Dios. Nos recuerda que el amor y la fidelidad de Dios son constantes y fiables, y que podemos confiar en Él para que nos proteja y nos guíe por el camino de la justicia.
Revelación sobre los impíos – (Salmo 36:1-4)
Así pues, este salmo principalmente sapiencial, con elementos de lamento y alabanza individuales, contiene un oráculo que David recibió del Señor acerca de los malvados. En contraste con ellos, se regocijó en el amor leal y la justicia de Dios. Un escritor ha titulado su exposición de este salmo: «El hombre en lo peor, Dios en lo mejor».
«Éste es un salmo de poderosos contrastes, una visión de la maldad humana en su momento más malévolo y de la bondad divina en su plenitud polifacética. Mientras tanto, el cantor se ve amenazado por una y tiene asegurada la victoria por la otra. Pocos salmos cubren un abanico tan amplio en un espacio tan breve».
Además, sin este temor del Señor, el impío persigue audazmente el mal de forma continua. Como tal, silencia su conciencia y sigue hablando con engaño y actuando en vano sin ningún freno interior.
«‘¡Escucha a tu corazón!’, nos dice el mundo, olvidando que ‘El corazón es más engañoso que cualquier otra cosa y está desesperadamente enfermo; ¿quién puede entenderlo?’ (Jeremías 17:9)»
Reflexión sobre el Señor – (Salmos 36:5-12)
El resultado de esta filosofía de vida contrasta con la de los malvados ( Salmos 36:2-4 ). Como Dios es amorosamente leal, Su pueblo puede encontrar refugio en Él (cf. Rut 2:12; Mateo 23:37). Pero también disfrutan de las provisiones de Su casa. Es decir, experimentan un paraíso virtual en la tierra, como Adán y Eva en el Edén antes de la Caída. Por tanto, Dios proporciona la vida y la luz del entendimiento a quienes Le tienen en cuenta.
Petición relativa al futuro
Para terminar, David rezó para que el amor leal y la justicia de Dios siguieran cautivando sus afectos, de modo que la filosofía malvada de los malvados no conquistara su corazón. Quería permanecer en humilde sumisión al Señor, en vez de alzarse con orgullo y despreciarle. El fin último de los malvados sería la destrucción, de la que no podrían recuperarse.
Podemos contemplar las dos filosofías de vida adoptadas por los malvados y los temerosos de Dios, así como sus consecuencias. Los piadosos deben apreciar la superioridad de reconocer a Dios y vivir a la luz de Su carácter revelado. Sin embargo, debemos darnos cuenta de que el punto de vista de los malvados es atractivo, y debemos guardarnos de caer presa de él.
¿Qué me enseña el Salmo 36 sobre Dios?
El Salmo 36 es una reflexión sobre la naturaleza del mal y el amor inquebrantable de Dios. He aquí algunas lecciones importantes que podemos aprender de este salmo:
Dios es fiel: El salmista reconoce que el amor firme y la fidelidad de Dios se extienden hasta los cielos. El salmista dice: «Tu amor, Señor, se extiende hasta los cielos, tu fidelidad hasta las nubes» (versículo 5). Este versículo muestra que Dios es fiel y digno de confianza, y que Su amor no tiene límites.
Dios es justo: El salmista reconoce que Dios es justo y juzgará a los malvados. El salmista dice: ‘Tu justicia es como los montes de Dios; tus juicios, como el gran abismo’ (versículo 6). Este versículo muestra que Dios es justo y hará que los malvados rindan cuentas de sus actos.
Dios es proveedor: El salmista reconoce que Dios provee a todos los seres vivos. El salmista dice: «Se dan banquetes con la abundancia de tu casa, y les das de beber del río de tus delicias» (versículo 8). Este versículo muestra que Dios es un proveedor que cuida de Su creación.
Dios es un refugio: El salmista reconoce que Dios es un refugio para quienes le buscan. El salmista dice: «Porque contigo está la fuente de la vida; en tu luz vemos la luz» (versículo 9). Este versículo muestra que Dios es fuente de vida y de luz, y que quienes le buscan encontrarán refugio en Él.
Dios es digno de confianza: El salmista reconoce que el amor y la fidelidad de Dios son dignos de confianza. El salmista dice: «Continúa tu misericordia para con los que te conocen, y tu justicia para con los rectos de corazón» (versículo 10). Este versículo muestra que quienes Le buscan pueden confiar en el amor y la fidelidad de Dios.
En general, el Salmo 36 nos enseña que Dios es fiel, justo, proveedor, refugio y digno de confianza. Nos anima a confiar en el amor firme de Dios y a buscar refugio en Él.
Devocional:
Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. (Salmos 36:10)
La luz es probablemente la energía más poderosa de la creación. La creación de la luz precedió a todas las demás dimensiones de la obra de Dios, incluida la vida. Por ello, en la historia de la humanidad no han faltado diversos intentos de imitar la luz o de sustituirla. Y aquellas entidades que no desean obedecer la voluntad del Creador han hecho todo lo posible por convencernos de las grandes ventajas de la oscuridad. Es muy cierto que, en ausencia de luz, el clima es ideal para el crimen, para la corrupción, para todas las injusticias. El que peca necesita la oscuridad.
Jesús dejó claro que Sus discípulos son «la luz del mundo». Por eso, dijo, las tinieblas del mundo odian a los cristianos obedientes. Principalmente porque la gente, cuando percibe la luz de Cristo en nosotros, naturalmente «glorifica al Padre que está en los cielos». Así pues, la luz que recibimos no es sólo para nuestro beneficio. No es sólo para garantizar un ambiente espiritual en nuestros templos. Hemos sido «llamados de las tinieblas a la luz admirable» del Señor. Cuando recibimos la luz de Cristo y la reflejamos para la salud espiritual de los demás, confirmamos «la fuente de la vida»: hemos sido llamados de las tinieblas a la luz admirable. Y estamos de acuerdo con el salmista: «En tu luz vemos la luz».
Oración:
Señor, que en cada paso que demos, no nos falte Tu luz que alumbra, por grande que sea, cualquier oscuridad y nos permite ver los verdaderos caminos que nos conducen a seguir Tu voluntad fielmente para rendirte a Ti, en todo momento, la gloria que sólo Tu mereces. En El Nombre de Jesús, Amén.