(Lee al final el estudio un devocional de Salmos 92. Esperamos sea de bendición para ti)
Salmo 92 – Alabanza y gratitud al Señor
Contexto Histórico:
He aquí algunos posibles contextos históricos del Salmo 92:
1. El culto en el Templo de Jerusalén: Algunos eruditos sugieren que es probable que el Salmo 92 se compusiera para uso litúrgico durante la época en que funcionaba el templo israelita de Jerusalén. El salmo contiene lenguaje e imágenes que concuerdan con las prácticas de culto y los rituales asociados al templo. Pudo haberse cantado o recitado durante los servicios del Sabbat o de las fiestas, sobre todo en el contexto de las ofrendas musicales.
2. Periodo Postexílico: Otro contexto histórico propuesto para el Salmo 92 es el periodo postexílico, que siguió al exilio babilónico de los israelitas. Tras el exilio, los israelitas regresaron a su tierra y reconstruyeron el templo de Jerusalén. Durante este tiempo, hubo un renovado interés por la restauración del culto y la observancia de las prácticas religiosas. El Salmo 92 pudo haber sido compuesto o adaptado durante este periodo para celebrar la restauración del templo y el restablecimiento del culto regular.
3. Conexión davídica: Algunos eruditos sugieren una conexión entre el Salmo 92 y el rey David. Aunque el salmo no menciona explícitamente a David, su tono y contenido coinciden con los temas de otros salmos davídicos. Si esta conexión es exacta, podría indicar que el salmo se compuso en el contexto del reinado de David, o podría atribuírsele posteriormente como reflejo de su influencia e importancia en la tradición de culto de Israel.
Es importante señalar que estos contextos históricos propuestos se basan en análisis y especulaciones de eruditos. Las circunstancias exactas que rodearon la composición del Salmo 92 siguen siendo inciertas. Sin embargo, independientemente de su contexto histórico concreto, los temas del salmo de alabar las obras de Dios, celebrar Su justicia y reconocer la importancia de la adoración y la alabanza siguen resonando entre los creyentes de diversos contextos y épocas.
Resumen del Salmos 92:
El Salmo 92 es un poema de alabanza y gratitud que resalta la grandeza y fidelidad de Dios. Su mensaje principal es la importancia de reconocer y celebrar las obras maravillosas de Dios y alabarle con gratitud y regocijo.
El Salmo comienza afirmando que es bueno alabar y dar gracias a Dios en todo momento, especialmente por la mañana. En los versículos 1 y 2, se dice:
«¡Bueno es alabarte, oh Jehová, y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo!
Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche.»
El Salmo continúa exaltando las obras de Dios y cómo Él nos hace regocijar con sus acciones. Se menciona la alegría de contemplar las obras de sus manos y la sabiduría de sus designios. En los versículos 4 y 5 se expresa:
«Pues tú, Jehová, me has alegrado con tus obras;
En las obras de tus manos me gozo.
¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.»
El Salmo también destaca la derrota de los malvados y la exaltación de los justos, quienes florecerán como palmeras y cedros en el templo de Dios. En los versículos 6 y 7 se dice:
«El insensato no sabe,
Y el necio no entiende esto.
Cuando el impío parece que se levanta como la hierba,
Y florece todo los que hacen iniquidad,
Es para ser destruidos eternamente.»
El Salmo continúa enfatizando que los justos, aquellos que confían en Dios, serán bendecidos y prosperarán. Se menciona que incluso en la vejez seguirán dando fruto y serán llenos de vigor. En los versículos 12 y 14 se afirma:
«El justo florecerá como la palma;
Crecerá como cedro en el Líbano.
Aun en la vejez fructificarán;
Estarán vigorosos y verdes.»
El Salmo concluye con una declaración de alabanza y gratitud hacia Dios, reconociendo su justicia y su fidelidad. En los versículos 15 y 16 se dice:
«Para anunciar que Jehová es recto.
El es mi roca, y en él no hay injusticia.»
En resumen, el Salmo 92 nos invita a alabar y dar gracias a Dios por sus obras maravillosas, su justicia y fidelidad. Nos recuerda que es bueno reconocer y celebrar las obras de Dios, regocijándonos en su grandeza y sabiduría. Además, nos asegura que los justos serán bendecidos y prosperarán, incluso en la vejez, demostrando la fidelidad y el cuidado de Dios hacia aquellos que le siguen.
Devocional:
Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. (Salmos 92:1)
Dar gracias no siempre es una práctica tan común como pedir. De hecho, sucede hasta inconscientemente el que pidamos y olvidemos un poco dar las gracias. Y solemos pedir lo que queremos en lugar de lo que necesitamos. Nuestros deseos se alimentan para satisfacer nuestras propias ansias y nuestra ansiedad de logro personal. No está mal tener sueños e ir en su búsqueda. El error está en ponerlos por encima de los sueños de Dios para nuestra vida.
En el versículo cuatro, el salmista hace una afirmación al respecto: «Porque me has alegrado, Señor, con tus obras; me regocijaré en las obras de tus manos. ¿Lo ves, amado? La verdadera gratitud brota de un corazón que comprende que la voluntad de Dios es siempre la mejor. En cambio, «el inepto no lo comprende y el necio no se da cuenta de ello» (v.6). En otras palabras, quien sólo busca sus propios intereses, quien no procura caminar en el centro de la voluntad de Dios, nunca comprenderá las grandes obras de Dios y, en consecuencia, nunca entenderá el valor y la alegría que emanan de la gratitud por vivir los propósitos de Dios.
La gratitud nos hace ejercitar, entre otras cosas, la confianza en un Dios recto y justo (v. 15), hasta el punto de que encontramos alegría y satisfacción incluso en medio de la adversidad (v. 11). Vivir «la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios» (Rom.12:2), aunque sea un desafío frente a nuestra naturaleza carnal egoísta, siempre será la mejor decisión que podamos tomar. No cambies el florecimiento eterno (v.12) por lo que es terrenal y pasajero. Puede parecer un hermoso jardín, pero su fin será la destrucción eterna (v.7). Aférrate al Señor y a la sabiduría de su voluntad, y lograrás florecer «en los atrios de nuestro Dios» (v.13). ¡Bendito sea el Señor, cuya voluntad es nuestra salvación! «Él es mi roca, y en él no hay injusticia» (v.15). ¡Velemos y oremos!
¡Buenos días, justos que florecen y crecen para gloria de Dios!
Oración:
Señor, siembra cada día en mi corazón, un profundo agradecimiento por Tu cuidado, por Tu amor y por Tu bondad, que renuevas en mi vida, cada mañana. Y que por esa gratitud obre yo, en todo lo que haga para Tu continua gloria, sirviendo a Tu voluntad, y alegrándome por todo aquello que coloque en mi camino. Asi sea Padre, En el Nombre de Jesús, Amén.